La Campaña del Sinaí de 1956 (Operación Kadesh)
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Tanques israelíes en la península del Sinaí (1956). Haz click en la imagen para verka en grande.
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En una rápida y arrasadora operación de 100 horas, bajo el mando del entonces jefe del Estado Mayor, Moshé Dayán, toda la península del Sinaí cayó en manos de Israel a un costo de 231 soldados muertos. Unidades de reserva, sobre las cuales se habían manifestado muchas dudas antes de la guerra, actuaron honorablemente. Una brigada de reservistas, equipada con autobuses civiles requisados, avanzó por el desierto y conquistó Sharm e-Sheikh en el extremo sur de la península. La Fuerza Aérea era aún deficiente; su desarrollo fue una de las lecciones aprendidas en esa guerra; las fuerzas blindadas habían demostrado su capacidad. Si 1948 fue indudablemente la Guerra de la Infantería, la reina indiscutible del campo de batalla en la guerra de 1956 fueron las fuerzas blindadas.
Una vez más Israel logró un respiro por unos diez años. La atención se volcó hacia el norte, donde los sirios - desde 1953 - habían intentado impedir el Proyecto del Acueducto Nacional de Israel. Habiendo fracasado, comenzaron a desviar las aguas del Jordán (que nace en Siria) en una maniobra destinada a dejar a Israel seco. El agua es una razón clásica para las guerras en el Medio Oriente, pero un breve y resuelto uso de la artillería y de tanques obligó a los sirios a abstenerse de su malintencionada acción.
A pesar de que Israel se vio obligado a retirarse del Sinaí sin recibir ninguna garantía de seguridad, se estableció la UNEF - Fuerza de Emergencia de las Naciones Unidas - para impedir una recurrencia de los eventos del pasado. Como resultado de esto, los fedayun dejaron de existir. Por otra parte, fue reorganizada la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y su principal brazo militar, el Fataj - una confusa mezcla de organizaciones paramilitares y terroristas - inició sus operaciones el 1o. de enero de 1965, primero desde el otro lado de la frontera libanesa. Sin ser nunca una amenaza existencial para Israel, fue una constante molestia y una tentación para distraer la atención y la energía de la tarea principal, los preparativos para una nueva vuelta
La Guerra de los Seis Días (junio 1967)
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Aviones egipcios destruidos por la Fuerza Aérea de Israel (junio de 1967). Haz click en la imagen para verla en grande.
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El año 1967 comenzó con confiadas predicciones de que no traería una guerra. Nasser, se sostenía en Israel, había aprendido la lección de 1956 y no iniciaría una guerra a menos de estar preparado. De todas formas, sus relaciones con Jordania eran notoriamente malas, y una coalición entre Nasser y el rey Hussein no venía en consideración. En una rápida sucesión, los acontecimientos desmintieron dichas presunciones. En un combate aéreo en el que Siria - el más cercano aliado de Rusia en el Medio Oriente perdió 13 aviones, fue la señal de apertura. Como resultado del aguijoneo soviético, Nasser movilizó y envió 100.000 soldados al Sinaí. Exigió al Secretario General de las Naciones Unidas la inmediata retirada de la UNEF y - probablemente para su propia sorpresa, tuvo éxito de inmediato y los "bomberos" partieron. Entonces Nasser anunció el cierre de los Estrechos de Tirán para la navegación israelí - un claro casus belli. Concluyó mofándose de Itzjak Rabín, el jefe del Estado Mayor israelí: "Déjenlo venir, lo estoy esperando".
Entretanto, logró alcanzar una estrecha coordinación con el ejército sirio. El rey Hussein, en un abrupto vuelco, viajó a Egipto y firmó un acuerdo poniendo sus fuerzas bajo el comando global egipcio. Esto le costaría la mitad de su reino.
Israel, con sus reservas totalmente movilizadas, sus nervios tensos al máximo, esperó durante tres largas semanas. La situación parecía ser el reverso de 1956; Israel estaba solo, frente a una poderosa coalición árabe. Las Grandes Potencias, a pesar de las vagas promesas, no hicieron nada por la reapertura los Estrechos, e Israel decidió hacerlo por sí mismo.
El 5 de junio de 1967, un grupo de aviones que volaban de Egipto a Israel fueron vistos en las pantallas de los radares del rey Hussein. Convencido por los egipcios de que los aparatos eran suyos, dio la orden de atacar - ¡en Jerusalem!. De hecho los aviones eran israelíes, que regresaban de un devastador ataque contra la fuerza aérea egipcia, que aunque parezca asombroso había sido tomada por sorpresa; después de mofarse de Rabín, Egipto no estaba preparado cuando éste llegó.
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El rabino en jefe de las FDI suena el shofar en el Muro Occidental (Junio de 1967. Haz click en la imagen para verla en grande.
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En el breve lapso de seis días, las FDI ocuparon toda la península del Sinaí, hasta el Canal de Suez, capturaron toda la Margen Occidental del río Jordán; y en lo últimos días, sin la ventaja de la sorpresa, capturaron una gran parte de las Alturas del Golán, incluyendo el dominante Monte Hermón - desde entonces en adelante "los ojos y oídos de Israel". El evento culminante fue la captura de la Ciudad Vieja de Jerusalem y el reencuentro con el lugar más reverenciado por los judíos, el Muro Occidental (de los Lamentos). El sonido del shofar en el Muro Occidental reverberó por todo el mundo.
776 soldados israelíes cayeron en la Guerra de los Seis Días.
Si bien todas las ramas del ejército actuaron bien, la Fuerza Aérea, por primera vez, jugó un papel decisivo, al despejar el cielo desde un comienzo hizo posible todo lo que siguió después. Esta fue la Guerra de la Fuerza Aérea.
Los esfuerzos diplomáticos por llevar a su término el conflicto de 40 años, anterior en más de dos décadas al establecimiento de Israel, no llevaron a nada. En noviembre de 1967, después de meses de deliberaciones, el Consejo de Seguridad adoptó unánimemente la Resolución 242, llamando a la paz y el reconocimiento del "derecho de toda nación a vivir libre de amenazas dentro de fronteras seguras y reconocidas", a cambio de la retirada israelí "de territorios", no "todos los territorios" ni "los territorios capturados en las recientes hostilidades". No obstante, la Liga Arabe, en su sesión en Sudán (1967) adoptó una resolución diferente, los "Tres No" de Khartum: No paz, No negociaciones, No reconocimiento de Israel.
La Guerra de Desgaste (1968-1970)
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Bunker en la Línea Bar-Lev. Haz click en la imagen para verla en grande. |
Poco después de suspendidas las hostilidades, el presidente Nasser se embarcó en lo que sería una sangrienta, prolongada e inconclusa guerra: la Guerra de Atrición - un intercambio estático de fuego de artillería a lo largo de toda la línea Bar Lev en el Canal de Suez, que escaló rápidamente. Las FDI llevaron a cabo varias osadas acciones - siendo probablemente la más espectacular la captura y traída a Israel, sin sufrir pérdidas, de una completa instalación de radar de fabricación rusa, funcionando. Cuando la Fuerza Aérea israelí comenzó sus ataques de bombardeo dentro de Egipto, Nasser, en su desesperación solicitó a la Unión Soviética que ésta proporcionara a Egipto no sólo equipo ruso, sino también tropas rusas aéreas y terrestres. Rusia aceptó con reluctancia. Poco después EE.UU., temeroso de que esa intervención directa de una Gran Potencia condujera a una confrontación nuclear, acordó con la URSS poner término a la guerra, bajo la fórmula del Consejo de Seguridad (julio 1970) de cese de fuego. 1.424 soldados israelíes murieron en acción entre el 15 de junio de 1967 y el 8 de agosto de 1970.
La ocupación de la Margen Occidental y la Franja de Gaza fue considerada en un comienzo por los líderes de la OLP como ideal para la resistencia armada, es decir, las actividades terroristas. Los ataques terroristas no lograron, sin embargo, causar un impacto significativo. Por lo tanto, las organizaciones terroristas palestinas trasladaron sus actividades al exterior: secuestrando aviones y haciéndolos estallar. En un comienzo fueron tratados con benevolencia por las Potencias Occidentales - después de todo, concernían sólo a Israel - los actos de terror aumentaron en cantidad e importancia. La más espectacular y sangrienta operación terrorista fue la masacre de 11 deportistas israelíes en Munich, en los Juegos Olímpicos de 1972.
Entretanto Egipto, en coordinación secreta con Siria, se preparaba para una nueva vuelta. Israel era consciente de estos preparativos, pero, fiel a su idea de que el presidente egipcio Sadat no se embarcaría en una guerra hasta no haber conseguido al menos una paridad, si no una superioridad en el aire, ignoró lo que se anunciaba y estaba escrito en el muro.