Israelies y Palestinos en compás de Espera
Por Marcelo Kisilevski
El conflicto entre israelíes y palestinos ha ingresado
en un status quo de expectación que en el ejército han definido
como "administración de los riesgos", un proceso destinado
a aguantar sin mayores cambios hasta que se defina la situación internacional
creada por la posible guerra contra Irak. Mientras tanto, los bandos ajustan
sus posiciones con vistas al "round" posterior.
En Ramallah se produjo el último 11 de septiembre (2002) un hecho que, debido a la conmemoración del atentado terrorista más terrible de la historia, el de las Torres Gemelas, no mereció mayor atención de la prensa. El nuevo gabinete de la Autoridad Palestina fue sometido por Yasser Arafat a la aprobación de los miembros de la Asamblea Legislativa palestina, y fue rechazado. Ya al escuchar las intenciones de voto de los parlamentarios, los ministros de Arafat le presentaron su renuncia. Ahora, el líder deberá formar otro y volver a someterlo al voto de confianza de su Parlamento. Será un gabinete temporario, porque Arafat anunció el adelantamiento de las elecciones generales, de fines del 2003 a enero del mismo año.
Durante dos alocados días, Arafat había estado tratando de convencer
a los parlamentarios de su propio partido, el Fataj, de votar a favor del gabinete.
Les dijo que un voto en contra colocaba todo el sistema en crisis, y que la
crisis favorecía los intereses norteamericanos. Le contestaron, en los
pasillos y en el podio de los discursos, que era al revés: el nuevo gabinete
no era nuevo, y que eran sus reformas cosméticas, apenas cinco ministros
nuevos, las que estaban diseñadas para salir del paso y conformar las
exigencias norteamericanas. También argumentaron su voto en el hecho
de que había desde hace tiempo un vacío de poder, que no había
conducción, y que la nominal que sí había, no estaba conduciendo
bien a su pueblo en esta hora de crisis. Saeb Arikat, que era ministro de Gobiernos
Municipales y famoso vocero ante los medios de comunicación internacionales,
desaparecerá de la escena, al menos en principio y al menos por un rato,
y ha anunciado su posible retorno a su profesión docente.
Detrás de bambalinas los opositores internos intentaron negociar con
Arafat. Le dijeron que estaban dispuestos a aprobar el gabinete a condición
de que renunciara a algunas de sus atribuciones, y llegaron a decirle que considerara
el nombramiento de un primer ministro, quedando él como presidente nominal.
Arafat no cedió un ápice, pero varios parlamentarios le ocultaron
su intención de voto en contra y, a la hora de los discursos previos
a la votación, el líder y sus adláteres quedaron shockeados
con el resultado.
La guerra con Irak
Mientras tanto, el conflicto entre Israel y los palestinos ha
entrado en un compás de espera, suspendido en principio debido a la incertidumbre
que crea a ambos bandos la posible nueva edición del duelo de titanes
entre la familia Bush y Sadam Hussein. Israel, ante todo, debe buscar su "lugar
en el mundo" en caso de producirse una nueva Guerra del Golfo.
En la semana previa al último Iom Kipur, el presidente
norteamericano George Bush pronunció su discurso ante la ONU, en el que
planteaba la posición de su país en el tema de Irak. Allí
dijo que el ataque contra Irak era inevitable a no ser que ese país aceptara
el reingreso de los inspectores de la ONU para armas no convencionales, entre
otras exigencias preestablecidas por EE.UU. y por esa organización internacional.
Bush llamó a todos los países miembro a actuar con energía
para que Irak acate las resoluciones, pero no fijó un cronograma ni fecha
alguna para el inicio del ataque. Del discurso se desprendía la determinación
norteamericana de reemplazar el régimen de Sadam Hussein, con o sin el
apoyo internacional.
En lo que respecta a Israel, algunas conclusiones surgen del discurso de George
Bush ante la ONU, tal como lo plantea el analista militar del matutino Haaretz,
Zeev Schiff. La primera es que, dado que EE.UU. parece firme en su decisión
de atacar a Irak si éste no cumple con las exigencias y resoluciones
de la ONU, Israel debe acelerar sus preparativos en ese sentido, incluida la
adquisición de repuestos para centenas de miles de máscaras antigás
que están por vencer a principios del 2003. La segunda conclusión,
para Schiff, es que Israel se debe preparar también para la eventualidad
que otros factores, como la organización surlibanesa Hizballah, aprovechen
la guerra para atacar a Israel. Israel debe estar coordinado con EE.UU. para
que éste advierta a Siria contra esta eventualidad.
Pero a su vez, una tercera conclusión es la que advierte
a Israel mismo contra la tentación de aprovechar la guerra contra Irak,
cuando los ojos del mundo estén mirando hacia otro lado, para cerrar
las cuentas con Yasser Arafat y los palestinos. Desde el punto de vista de EE.UU.
esto sería un terrible error estratégico, e Israel se debe abstener
de cometerlo incluso si los palestinos aumentan el terrorismo en el contexto
de la guerra. Esta conclusión se apoya en el hecho de que Bush mencionó
dos veces en su discurso el tema palestino, la primera bien cerca del principio
de su alocución, como una forma de atraer a los países árabes
que dudan en apoyar la maniobra norteamericana. Bush dijo que EE.UU. sigue comprometido
con un estado palestino soberano y democrático que viva en paz con su
vecino Israel.
El analista de Haaretz se pregunta luego si de este discurso
se debe concluir que la guerra es inevitable. Así parece a simple vista,
pero no hay que olvidar que a último momento Sadam Hussein puede realizar
maniobras que dificulten a EE.UU. efectuar un ataque con la aprobación
del Consejo de Seguridad de la ONU. Si en el último minuto Sadam decide
aceptar el reingreso de los inspectores de la ONU, eso solo bastará para
que Rusia, Francia y China voten en contra del ataque. EE.UU. le puso a Irak
seis condiciones difíciles de cumplir para anular su programa de atacar.
Las mismas se basan en las resoluciones de la ONU, y las principales se refieren
al cese del desarrollo de armas químicas, biológicas, nucleares
y misiles tierra-tierra. Lo más probable es que Sadam se niegue a ellas,
y que si las acepta, después las viole a escondidas. Pero no se debe
descartar una situación en la que Sadam acate todas las condiciones en
el último minuto antes del ataque.
Lo especial del discurso de Bush estuvo en que no se limitó
a enumerar los crímenes de Sadam cometidos hasta el momento, sino que
advirtió lo que puede ocurrir si no se evita ahora que el dictador iraquí
posea armas no convencionales, empezando por el hecho de que, en el momento
que las tenga, será más difícil emprender un ataque en
su contra. Más aún, Sadam no dudará en suministrar este
tipo de armamentos a organizaciones terroristas, que no dudarán, a su
vez, en perpetrar ataques masivos como el que tuvo lugar el 11 de septiembre
del 2001.
De vuelta en casa
En resumen, para Israel es claro que la eventual
guerra contra Irak marcará un nuevo hito en el conflicto con los palestinos,
luego del cual la dinámica habrá de cambiar, surgiendo tal vez
la necesidad de tomar decisiones nuevas y claras.
En Israel ven con suspicacia el llamado a elecciones
anticipadas en la Autoridad Palestina. Por razones tácticas el gobierno
se abstiene de descalificar un proceso democrático que ha exigido consistentemente.
Pero por otro lado, incluso el canciller Shimón Peres lo ve como una
maniobra para eternizar en el poder a Yasser Arafat. Por ello, y dado que Israel
debe dar su consentimiento en la forma de retiradas varias, para poder permitir
la movilidad de los votantes palestinos, este país pone algunas condiciones
para autorizar las elecciones, como la reestructuración total de las
fuerzas de seguridad palestinas, y el retiro de Arafat. Debido a esta exigencia,
en Israel estiman que las elecciones palestinas tendrán lugar sólo
a fines del 2003, y no a principios. Ello sería cómodo para la
parte israelí, pues se producirían luego de las elecciones generales
aquí, previstas para noviembre del 2003, pero que también se podrían
adelantar, debido a los problemas coalicionarios de Ariel Sharón, para
mayo próximo.
Durante los próximos meses, pues, la
expectativa es la de un status quo en el que mucho no habrá de cambiar,
y en el que Israel se manejará bajo lo que se ha denominado en los ámbitos
militares que asesoran al gobierno como "administración de los riesgos":
por un lado propuestas interinas como la de "Gaza y Belén primero",
para la devolución a los palestinos zonas de la Autonomía Palestina
a responsabilidad la policía de Arafat por la seguridad; en el terreno,
la policía y los servicios de seguridad palestinos han vuelto a determinadas
ciudades y poblados de la Franja de Gaza, y las organizaciones terroristas también.
Por el otro, la continuación de la presencia de Tzahal en las grandes
ciudades de Cisjordania; por ahora, esto parece disminuir la frecuencia de los
atentados y su poder: según informes, los palestinos se ven en dificultades
para obtener y trasladar explosivos en cantidad y calidad suficientes, y de
ahí, aparentemente, la disminución de los atentados que vivimos
en los últimos tiempos.
Cuando el tema iraquí se tranquilice, los norteamericanos volverán
su mirada hacia Israel. Salvo cambios en la dinámica del conflicto que
puedan surgir con esa conflagración, los puntos de partida para un reinicio
de las negociaciones pueden apreciarse en la siguiente tabla.
|
El plan palestino
|
El plan de EE.UU.
|
El plan israelí
|
Primera etapa
|
Retirada israelí de las ciudades palestinas y levantamiento
de las "coronaciones". Acuerdo de cese el fuego con las organizaciones
palestinas. |
Medidas humanitarias de Israel en los territorios; elección
de un premier interino en la AP; debate público sobre la constitución
palestina y la reforma electoral. |
Alivios económicos a cambio del cese del terror;
alivios de seguridad, como retirar barreras; avance gradual bajo el modelo
de "Gaza y Belén primero" |
Segunda etapa
|
Retirada israelí a las líneas pre-Intifada
(28.9.00); completar la reforma en la AP conducida por Arafat. |
Reconstrucción de los servicios de seguridad palestinos;
guerra palestina contra el terror; reformas estructurales y económicas;
preparación para elecciones generales para el Consejo Legislativo;
creación del cargo de Presidente Honorario para Arafat. |
De haber avance en la reforma y la guerra palestina contra
el terrorismo, retirada de territorios A y autolimitación de las
acciones de Tzahal en esos territorios de la AP. |
Tercera etapa
|
Elecciones generales en la AP en enero del 2003; luego, elecciones
municipales. |
Elecciones palestinas en mayo del 2003, retirada israelí
a las líneas pre-Intifada; regreso de embajadores de Egipto y Jordania
a Israel. |
Creación de condiciones para las elecciones por
medio de retiradas adicionales de Tzahal para permitir movilidad a los palestinos;
elecciones palestinas generales a fines del 2003 para las instituciones
del estado temporario; fijación de los límites a la soberanía
del estado temporario. |
Cuarta etapa
|
Creación del estado palestino provisorio que negociará
con Israel el acuerdo definitivo; fin de las negociaciones para marzo del
2004. |
Creación del estado palestino provisorio; inicio
de las negociaciones por el acuerdo definitivo; reanudación de las
tratativas regionales en el marco multilateral. |
Declaración del estado palestino provisorio; posibilidad
de retiradas adicionales de Tzahal y postergación del acuerdo definitivo.
|
Quinta etapa
|
Implementación del acuerdo definitivo hasta marzo
del 2005. |
Creación del estado palestino, de acuerdo con las
líneas del discurso de Bush, hasta junio del 2005. |
Estado palestino provisorio con continuidad para el transporte
y limitaciones de seguridad; examen de la conducta del estado provisorio
y su cumplimiento de acuerdos. |
Bibliografía
Entre Lineas
Departamento de Educación Judía Sionista