Liderazgo Democrático

Contenido

No se trata de quien grita más...
Lo que todos quuieren ver
Liderazgo y líder
Principios
Visión
Metas
Perseverancia
Autoridad
Dominio Propio
Comunicación
Oportunidad

Características
Aprender continuamente
Vocación de servicio
Positivismo
Creer en los demás
Equilibrio
Innovación

Habilidades
Mantener los principios
Materializar el pensamiento
Planes y plazos
Capacidad de improvisar
Confianza en sí mismo
Decisión inquebrantable

Nunca olvidar...

No se trata de quien grita mas...

El desarrollo de los municipios se fundamenta, en gran medida, en un liderazgo democrático y participativo, centrado en principios como la solidaridad, el respeto a la diversidad y la lealtad. Estos valores constituyen el componente esencial de un liderazgo que se orienta a cohesionar los esfuerzos de una comunidad en busca de mejores condiciones de vida en los niveles individual y colectivo.

Cabe recordar que el valor básico que genera la pertenencia a un grupo es la solidaridad, pues impulsa a los que comparten determinadas situaciones o problemas a unirse con otros que están en similares condiciones. Por solidaridad, una persona puede superar el individualismo y acercarse a otras para solucionar problemas.

El respeto a la diversidad hace posible que en una organización participen personas que, si bien comparten determinada condición, tienen diferentes experiencias, ideas, formas de actuar y de percibir el mundo. Este valor tiene su raíz en el reconocimiento de la dignidad de la persona humana y en el consecuente respeto a su individualidad. Con base en el respeto mutuo los miembros de una organización pueden llegar a ponerse de acuerdo en metas comunes y trabajar conjuntamente.

La lealtad se expresa en la honestidad; aquel que es leal dice siempre la verdad por difícil que esto sea y no engaña ni oculta información. La lealtad se traduce indudablemente en compromiso: el líder se entrega por el grupo.

Lo que todos quieren ver

Es necesario contar con líderes competentes para fortalecer el tejido social que sirve de cimiento para el desarrollo de la vida democrática. En términos generales, un líder competente es aquel que a través de su actuación contribuye al fortalecimiento y logro de metas por parte del grupo. Quién sólo se preocupa por mantener la organización pero no impulsa hacia las metas es tan limitado como aquel que pone todas sus energías en alcanzar objetivos pero se olvida de la organización.

Un liderazgo democrático implica necesariamente la participación, con todas las bondades que ésta conlleva en términos de un mayor nivel de compromiso e involucramiento en la solución de los problemas de las comunidades. Es imperativo promover un liderazgo democrático y participativo como la base para potenciar el desarrollo local.

Cuando hay participación el trabajo se hace con más energía y su eficacia es mayor. Además, los individuos desarrollan habilidades muy importantes.

Liderazgo y Lider

Es necesario distinguir entre los conceptos de liderazgo y líder; el primero se refiere a un proceso y el segundo a una posición. Liderazgo es el proceso de influencia que se produce al interior de un grupo u organización y que se orienta al logro de sus objetivos. Como todo proceso es dinámico y cambiante, en función de las interacciones que se dan al interior de la organización y de sus relaciones con el contexto en que se desarrollan. El liderazgo es lo que genera a los líderes.

El liderazgo es encuentra también muy ligado a otro concepto, el poder. Se entiende por esto la capacidad o facultad de una persona para influir o controlar en alguna forma a otros individuos. El poder se distribuye en forma diferente entre los miembros de una organización, de modo que siempre hay quienes tienen más poder que otros.

Tales variaciones de poder influyen en los procesos grupales de diversas formas, especialmente en la conducta de los miembros que tienen más poder y en la reacción de los demás hacia ellos. En el plano formal, líder es la persona que en un momento dado tiene la posición de mayor influencia en la estructura de una organización, pero también existe el informal, asumido por personas que tienen el apoyo de los miembros sin estar necesariamente en cargos directivos.

Casi todos los estudios coinciden en que la posición de líder es otorgada por la organización a determinados miembros en base al poder que tienen. Se distinguen siete bases de poder social que puede poseer un líder:

En las comunidades, con frecuencia, el liderazgo se basa en el poder del experto: los grupos eligen para dirigir a quienes consideran que tienen más experiencia. El poder de conexión y de información es otra base de poder que se privilegia en la actualidad debido a la importancia de que lleguen recursos externos a los municipios.

Los líderes necesitan hacer uso de su poder para conducir a las comunidades porque sin conducción se produce desorden, desorientación e incumplimiento de metas. Es por eso que el uso del poder no se opone a la democracia, siempre que se ejerza dentro de los limites establecidos por la organización y se oriente con sentido social.

Una investigación clásica (Lewis, 1939) estudió los diferentes estilos de liderazgo, concluyendo en que casi siempre generan tres tipos de líderes: autocrático, democrático y dejar hacer.

Estas y otras investigaciones siempre han reflejado grandes diferencias en la interacción grupal, según sea el estilo de liderazgo; la hostilidad y agresión son mayores en los grupos autocráticos, mientras la efectividad es notablemente menor en el dejar hacer. Otro aspecto es la dirección que realizan los diferentes tipos de liderazgo,
siendo la productividad mayor cuando el líder proporciona dirección y estructura al grupo.

Capacidad de dar dirección al grupo es entonces una exigencia para todo líder, aunque no puede negarse que a menudo y bajo ciertas circunstancias un estilo fuerte resulta cohesionador cuando los miembros se encuentran poco preparados para asumir las exigencias de la acción colectiva.

Nadie puede dar lo que no tiene; este principio es válido para el liderazgo, ya que las personas sólo siguen a quien logra generar en ellas una sensación de confianza y credibilidad. Las personas que emanan confianza y credibilidad son aquellas que logran desarrollar un liderazgo personal que les conviene en artífices de su destino.

No puede ser líder quien no se ha constituido antes en rector de sí mismo. El liderazgo personal es la condición indispensable para un auténtico liderazgo hacia afuera. Los componentes fundamentales del liderazgo son la proactividad, o capacidad para formular el guión personal de vida; la visión clara de lo que quiere ser y tener, es decir, la formulación del programa que rige su vida: y la sabiduría para subordinar todo aquello que no es esencial a lo que en verdad es importante para el logro de la visión y misión del grupo.

La persona que logra tales capacidades surge naturalmente en la comunidad como un líder, pues la gente la percibe como alguien en quien se puede confiar y creer. En ese momento ya se está listo para proyectar liderazgo hacia afuera, generar empatía con los demás y motivar a otros para que vean con claridad que trabajando juntos puedan hacer frente a los desafíos que plantea el desarrollo del municipio.

Principios

El líder democrático es, en esencia, una persona centrada en principios que los adopta como brújulas que quien la búsqueda del bien individual y colectivo; son sociales pues son resultado de la vida en comunidad lo que les convierte en permanentes en la medida en que reflejan a lo largo del tiempo los fundamentos de la convivencia de cualquier grupo. Entra estos destacan:

Vision de Largo Plazo

El papel de líder implica el hecho de poseer una visión de largo plazo, o sea la imagen objetiva y clara de lo que el grupo percibe como su razón de ser y el factor que motiva su continuidad en el tiempo. Poseer visión provoca una mayor articulación de esfuerzos y coherencia entre los miembros en el camino de hacer realidad las metas anheladas.

Metas concretas

El liderazgo debe ir apoyado en un proceso previo de planeación, ya que para alcanzar la visión es requisito seguir pasos concretos y predecibles que llevan al grupo a la consecución de sus fines. Las metas deben ser objetivas, alcanzables, realistas y tangibles. La amplitud y alcance del liderazgo depende de éstas, ya que con base en ellas se diseña el programa general de acción para llevar a cabo la visión que provocó la integración del grupo u organización.

Perseverancia

Las personas siguen a un líder cuando tiene la confianza de que les lleva a satisfacer sus necesidades; de lo contrario, percibirán que tarde o temprano les dejara en el camino. Las dificultades siempre se presentan y el dirigente tiene que enfrentarse con ellas para lograr la meta esperada. Si éste parte del principio de que cualquier dificultad puede vencerse, entonces también el grupo mantendrá la perseverancia hasta alcanzar la meta.

Autoridad

El líder está provisto de autoridad funcional cuando su puesto es superior en la organización, pero.-como se ha dicho- existen también fuentes de autoridad basadas en otros aspectos, tales como el conocimiento y la moral, que legitiman al dirigente de un municipio o una comunidad. La primera se origina en la experiencia que el líder posee y que le lleva a transmitir confianza a los demás respecto el rumbo a seguir Lo moral tiene que ver con razones más profundas que mantienen la cohesión del grupo y que hacen ver al líder como alguien apegado a esas razones últimas que todos aceptan como importantes.

Dominio Propio

Es un principio esencial ya que implica capacidad de hacer uso racional de aspectos como la libertad, la confianza, la estabilidad y una visión que va más allá del presente. Estar consciente, como ingrediente básico del dominio propio, transmite seguridad, tranquilidad y certeza.

Comunicación

Un buen líder mantiene siempre como una conducta permanente el dar a conocer lo que está sucediendo y no guardarse información que pueda afectar la actividad del grupo. También debe ser cuidadoso de los canales que utiliza para que no existan dudas sobre sus intenciones y sobra la relación que guarda lo que dice con lo que hace.

Oportunidad

Este principio reconoce como algo natural que en la vida se presentan siempre problemas y dificultades, pero que atendidos de forma adecuada siempre son una ventana para nuevas oportunidades que quizá en un primer momento no sean vistas por los demás. El líder efectivo busca, enfrente y elimina errores, convirtiendo así los aparentes imponderables en opciones que generan beneficios.

Características

En todos los municipios siempre se encuentran diversos líderes, algunos son muy respetados y admirados por las personas que están a su alrededor pero otros parecieran trasmitir otra impresión. Hay características que hacen de los buenos líderes personas muy confiables y que siempre están pensando en el futuro y el bienestar común.

Aprender continuamente

Las personas cuya actuación se basa en principios adquieren nuevos conocimientos y desarrollan nuevas habilidades a partir de sus propias experiencias. Leen, buscan la forma de capacitarse, escuchan a los demás, aprenden a través de sus ojos. Son curiosas, preguntan constantemente en procura de desarrollar nuevas habilidades e intereses. Descubren que cuanto más saben más queda por aprender.

En suma, son sinérgicos, ya que al trabajar en equipo desarrollan los propios puntos fuertes y luchan por complementar sus debilidades con los puntos fuertes de los demás. No dudan en delegar para obtener resultados, puesto que creen en los puntos fuertes y capacidades de los otros.

Vocación de servicio

Quienes luchan para mantener una actuación centrada en principios consideran la vida como una misión, no
como una carrera. Las razones que los nutren también les han preparado para el servicio.

Todo intento de convenirse en una persona basada en principios sin llevar una carga sobre los hombros está condenado al fracaso. Puede tenerse buenas intenciones pero si no existe sentido de responsabilidad y colaboración se convierte en un esfuerzo vano

Positivismo

El semblante de un líder no tiene que ser sombrío o dar la sensación de miedo para infundir respeto. Por el contrario la alegría, el optimismo y la animosidad son muestras de una actitud positiva respecto a la vida y a su función en la comunidad y el municipio.

Ese positivismo es como un campo de energía que carga las pilas de los más débiles o negativos que es hallan a su alrededor. Siempre se necesita de líderes que aún en medio de la confusión, la rencilla o la desconfianza, luchen por mantener una actitud de armonizador que sale al paso de la autodestrucción que muchas veces enfrentan las comunidades.

Creencia en los demás

Cuando existe confianza en si mismo y en la misión del grupo es posible mantener la bandera de la esperanza por encima de las críticas. El líder es como el capitán de un barco que siempre será el último en abandonarlo a pesar de que todos los demás hayan perdido la esperanza pues mantendrá a toda costa la confianza en que el grupo puede salir adelante y triunfar.

Cuando se cree en el grupo es posible ver las potencialidades que para otros pueden pasar desapercibidas y no son fáciles de ver. Hace muchos años surgió una expresión que lo resume todo: “Trata a los demás como son y seguirán siendo eso mismo; trátalos como pueden y deben ser y se convertirán en lo que pueden y deben ser”.

Equilibrio

Cuando se cumple una función de conducción no se puede ser extremista; no es posible ver todo en términos de todo o nada, blanco o negro, ganar o perder. Esa toma de ver la vida siempre conducirá a la división y al enfrentamiento pues no se busca lo común, lo coincidente, sino que se está siempre a la espera de que aparezca lo que diferencia, lo que provoca distancia.

El sano juicio, el adecuado equilibrio son características que toda organización, comunidad o grupo necesitan para no perder la visión de sus metas y terminar enfrascados en luchas internas intrascendentes que desgastan, frustran y son el germen que paco a poco mina las estructuras hasta hacerlas inoperantes y llevar a la muerte funcional de los conglomerados humanos.

Innovación

Nunca se puede decir que todo está dicho y que ya no hay nada nuevo por hacer. Cómo todo en la vida (la naturaleza es un buen ejemplo) siempre hay momentos para la renovación y el cambio, para valorar las experiencias adquiridas y plantearse nuevos retos. Los seres humanos necesitan tener constantemente nuevas metas, nuevos sueños y nuevos ideales. En ello tiene mucho que ver la capacidad de innovar y soñar cosas que probablemente a nadie se le ha ocurrido con anterioridad.

Pero lo más importante de la innovación en un líder es que no busque esos estímulos fuera del propio grupo sino que intente redescubrir a las personas cada vez que se encuentran con ellas: cuando escucha lo hace con todos sus sentidos, no etiqueta a nadie por sus éxitos o fracasos del pasado. En esencia, el líder no se deja arrastrar de un lado a otro como hoja en la tormenta sino que busca lo mejor de los demás para ponerlo al servicio de la colectividad.

Habilidades

Siempre se ha dicho que un líder no nace sino que se hace, con mayor o con menor esfuerzo en la práctica cotidiana. Esto implica la posibilidad de entender que el liderazgo no es algo estático e inamovible sino que puede crecer aun el tiempo, en la medida en que las personas adquieran ciertas habilidades que son muy importantes y evitan que decrezca con el pasar de los años.

Mantener los principios

En la medida en que se mantienen los principios que han llevado a una persona a asumir el rol de líder o dirigente será posible mantener la confianza. La habilidad de no caer es difícil de mantener pues cuando se es muy bueno y eficiente siempre habrá llamados para hacer nuevas cosas y asumir nuevos retos. No marearse ni creer que se ha tocado el cielo por lo bien que se hacen las cosas es una habilidad que suele perderse con relativa facilidad.

Por el contrario, actuar apagado a aquello que se aprecia, valora y considera correcto es un acto de humildad que engrandece a las personas y que dice mucho de las comunidades o grupos pues refleja un estilo de liderazgo que no pierde el sentido y su razón de ser.

Materializar el pensamiento

Tener buenas ideas es parte de la solución pero esforzarse en hacer realidad lo que se piensa es una fortaleza que no se encuentra con facilidad. Hay personas para las cuales su función como líder es simplemente dar luces de que camino hay que transitar pero que nunca encabezan la lista de los que trabajan ni tratan de materializar en obras sus intenciones.

Hay una sabia expresión popular respecto a que de buenas intenciones está lleno el camino al infierno, con lo que se demuestra lo común que es caer en el papel de querer decir a los otros lo que deben hacer pero que no se acompaña con la expresión vamos juntos, perseveremos y alcancemos el éxito

Planes y plazos

Muy ligado a lo anterior está el hecho de que no puede llegar a ningún lado sin disciplina de equipo y orden en el trabajo. La anarquía y el caos pueden ser tan dañinos para una organización como la prepotencia la sobrevaloración de las propias habilidades.

Hoy día, con un mundo cada vez más complejo, la habilidad de poder planificar y estructurar procesos de trabajo con metas, fechas y responsables resulta más relevante que el hecho mismo de tener recursos en abundancia. De nada sirve tener las posibilidades materiales de hacer algo si no se logra concretar nada por la falta de un programa coherente de trabajo.

Capacidad de improvisar

Pero no siempre ocurren las cosas como se han pensado o planificado. Muchas veces (por ejemplo cuando se ha estado preparando una reunión muy importante) siempre surgen los inconvenientes, algo no funciona o alguien ha fallado en cumplir la tarea asignada.

En esos casos, es evidente que un buen líder necesita la habilidad de poder replantear los hechos y dar una salida emergente a los inconvenientes. Sin embargo, también es común que se confíe ciegamente en la capacidad de improvisar y se crea que siempre las cosas saldrán bien a pesar de no planificar ni preparar. Esa seria una grave equivocación que tarde o temprano llevaría al caos y a la irresponsabilidad.

Confianza en si mismo

Sin valor no se llega a ningún lado. Arriesgar no es sinónimo de falta de capacidad sino que es una habilidad que muchas veces se requiere para conseguir los objetivos trazados. El líder necesita para ello de una buena dosis de confianza en sí mismo y de optimismo, ya que siempre será juzgado en función de las metas alcanzadas y no necesariamente de lo malo que pudo haber sucedido si se hubiera aventurado un poco.

Decisión inquebrantable

El grupo vale y merece todo, de lo contrario es mejor dar paso a otras personas que tengan pleno convencimiento de que permanecer y trabajar juntos es lo más adecuado individual y colectivamente.

Cuando se es depositario de la confianza y las esperanzas de otras personas se asume también la convicción de que no se dará marcha atrás a la hora de enfrentar el primer inconveniente o las cosas no salgan como se desea. Si las decisiones del grupo son producto del total convencimiento al líder no le queda otro camino que luchar con entusiasmo y sin decaer.

Nunca olvidar

Fecha de Publicación: Septiembre, 1999

El Proyecto de Desarrollo Municipal y Participación Ciudadana (PDMFC) nace como resultado de la firma de un Convenio de cooperación entre el Gobierno de la República de El Salvador, la Corporación de Municipalidades de la República de El Salvador (COMURES) y el Gobierno de los Estados Unidos de Norte América, actuando a través de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID).

El responsable de la ejecución del PDMPC es Research Triangle Institute (RTI), entidad independiente sin fines de lucro establecida en 1958 por la Universidad Estatal de Carolina del Norte, Universidad de Duke y Universidad de Carolina del Norte.

El propósito del Convenio es "fortalecer la participación de la población Salvadoreña en el proceso democrático local y mejorar la capacidad de las Municipalidades para responder a las necesidades de sus ciudadanos". Para lógralo, el PDMPC cuenta con tres componentes: Reforma y Formulación de Política, Fortalecimiento Municipal y Desarrollo Democrático Local.

Este último componente tiene como objetivo facilitar procesos mediante los cuales el gobierno local logre un involucramiento más efectivo y representativo de la sociedad civil en la toma de decisiones a nivel municipal, bajo tres características esenciales:

  1. representatividad tanto sectorial como territorial,
  2. transparencia en el manejo de la información, especialmente la que genera el Gobierno Local,
  3. estímulo a la voluntad política de las partes - líderes y gobierno local - para trabajar conjuntamente.

Proyecto USAID 5190388