Cábala contemplativa, cábala degenerada
Las clases de Sharona
Por: Sharonah Fredericko
Marcelo Kisilevski
La clase de este mes trata de un fenómeno que, llegados al fin del milenio, ha cobrado nuevo empuje en Occidente. ¿Qué diferencia hay entre la Cábala original y la que hoy en día cunde en los negocios de amuletos y en las colas frente a las casas de los rabinos milagreros en Israel? ¿A quién creerle si queremos estudiar Cábala de modo serio? Son algunos de los temas de este nuevo encuentro con Sharona.
-Sharona, la Cábala es muchas cosas hoy en día. Se dice Cábala cuando a uno le va bien en un examen por haber usado una media amarilla, y entonces a todos los exámenes uno lleva una media amarilla; o si se gana un partido de fútbol en el que el técnico puso a un jugador fuerte en la cancha sólo en el segundo tiempo, ese jugador participará sólo en el segundo tiempo hasta el fin del campeonato. En la otra punta se dice que en realidad la Cábala es la magia judía... ¿Qué es la Cábala?
-Primero y principal la Cábala no es brujería. Hay que entender, para empezar, que hay dos Cábalas. La original es la que llamamos en hebreo Cabalá Iunit, Cabalá del Misterio Contemplativo, que es una serie de escritos intelectuales que tratan del misticismo, de la filosofía judía de ir más allá intelectual y espiritualmente. No tratan de la brujería. Comprende los escritos cabalísticos originales que vienen en general de España, no por sorpresa -como cualquier cosa de las que hablo-, desde el siglo XII al XVI. Hasta el siglo XVI la Cábala siguió siendo un estudio de lo esotérico, pero no de brujería. Más bien como en la India puede ser el yoga. Una disciplina mental, por momentos también una disciplina física, que trataba de la unión del hombre con Dios, y con una fe super universalista: todos los zurdos de hoy dirían "qué universalista", porque realmente las ideas originales de la Cábala sí lo eran.
A partir del siglo XVI viene el colapso total de la civilización judeo-española, que es la que dio origen a la Cábala. Ahí la actitud con la que se trataban asuntos místicos cambió. En lugar de tomar una actitud contemplativa de tratar de entender el por qué del universo, se adoptó una actitud manipulativa: cómo diantres cambiar el universo para que estas cosas tan terribles que ocurren en esta época no me pasen.
Entonces en ese momento surgen todos los cachivaches de la Cábala, los amuletos, tus medias amarillas y la adoración de tumbas, una cosa que de acuerdo al judaísmo es totalmente idólatra y aberrante. Eso ocurre a partir del siglo XVI.
Vamos a quedarnos con la Cábala original. A partir del siglo XII, al este de España, y al sureste de Francia, en toda la zona conocida como el condado de Cataluña -¡antes de que fuera brutalmente conquistado por los españoles!- surgió una filosofía bastante humanista, muy ligada con el misticismo. Al contrario del brujo, que quiere manipular la realidad, el místico se ocupa de lo oculto en su sentido simbólico. El místico dice: "No puedo cambiar la realidad ni el universo, pero me interesa mucho conocer qué hay más allá de la realidad que veo, y cuáles son los lazos que nos unen a todos los humanos con nuestro Creador". De hecho era una filosofía hermosa. Se trataba de buscar los hilos de la unión entre todos los hombres y el universo.
Tenemos un rabino místico de nombre José Chicotilla, en el siglo XII, que esgrimió una teoría hermosa que se resumía en "fuego negro sobre fuego blanco". Tomando la Torá como cuerpo no solamente físico sino de conocimientos, él vio a la Torá como una serie de letras de fuego negro visible, escritas sobre fuego blanco, invisible. El decía algo que hoy en día dicen los psicólogos: que los espacios entre las letras son más importantes que las letras mismas. Cualquier estudioso del lenguaje corporal te va a decir que lo no dicho en una conversación es más significativo que lo dicho.
El rabino Chicotilla decía que había que buscar el sentido escondido de la Torá, los espacios entre las letras. Eso no es magia, a la cual la práctica muy posterior degeneró. Era de hecho una práctica bastante democrática: no era un rabino que dictaba lo que había entre los espacios, sino que la persona simple podía devanarse los sesos solo y buscar por sí mismo sus propios significados.
-Y buscar al mismo tiempo el significado de su propia existencia...
-Exactamente. Eso era precisamente el sentido de la Cábala original. Ahora bien, llegando al siglo XIII tienes lo que se considera como la obra maestra de la Cábala. De hecho es un libro altamente legible llamado el Zohar. Aquí quiero disipar un montón de mitos sobre el libro. De hecho tenemos hasta fecha de publicación. Fue en el condado de León, en España, en el año 1274. El autor del libro fue el rabino Moisés De León.
-¿No el rabino Shimón Bar Iojai?! ¡Se me cayó el ídolo!
-No, no llores. No es para tanto, es hora de acabar con los mitos. Es cierto que De León sostenía que el espíritu de Shimón Bar Iojai se le había presentado y se lo había revelado. Pero hay que ver en este planteo algo simbólico. Que el espíritu de Bar Iojai se lo hubiera presentado no había que interpretarlo como se hace tradicionalmente, como la visita de una aparición. Significaba, más bien -y eso es algo que los cabalistas posteriores perdieron-, que había una inspiración directa del alma de Shimón Bar Iojai. No era como si la Virgen María se te apareciera, y estoy empleando la figura católica, también para que nuestros lectores católicos entiendan que aquí había una diferencia. No estamos hablando de una aparición física, tal como se plantea la aparición de la Virgen de Guadalupe, sino de una inspiración espiritual.
Para Moisés de León, lo principal de la Cábala era intentar razonar y descubrir el esquema oculto del universo. El utilizaba muchas metáforas. Y las metáforas, metáforas son. Lo digo porque es obvio que quienes se empeñaron en interpretarlas al pie de la letra iban a llegar a locuras. Pero la Cábala deseaba girar alrededor del símbolo, quedarse en el nivel intelectual.
El Zohar, que de ese libro estamos hablando, y cuyo nombre significa "resplandor", habla delArbol de la Vida. ¿Qué es el Arbol de la Vida? No estamos hablando de un árbol con copa, ramas y tronco. Es más bien la idea de una estructura con distintas emanaciones de luz, cada una de las cuales representaba a otra virtud divina, y que englobaba la totalidad de Dios.
El Arbol de la Vida es un símbolo que viene directamente del breviario judío. ¿Cómo llamamos a la Torá? Precisamente "Etz Jaim". Para Moisés de León, el Etz Jaim, el Arbol de la Vida, representaba la estructura latente del universo y la estructura latente de cada ser humano. El veía el universo como macro-cosmos, y a cada ser humano como un micro-cosmos del universo. Por ende, su concepto de Dios era altamente monoteísta, y no como las barbaridades paganas que sectas posteriores de la Cábala, tanto sefardíes como ashkenazíes plantearon.
Por ejemplo, para Moisés, el árbol del universo no "era" Dios. El problema fue que sectas posteriores vieron a ese árbol como una fotografía de Dios. No lo era. Era una mera imagen a través de la cual la mente humana pudiera intentar comprender a Dios.
Aquí voy a señalar una semejanza muy interesante: también los budistas dibujan árboles en cuadros santos llamados tantras. Estos cuadros no representan a Buda, no son su dios. Representan una manera a través de la cual puedes llegar a comprender a tu dios, pero no son Dios mismo.
Otro concepto muy importante en el Arbol de la Vida es el concepto del equilibrio. Si tú analizas el modelo del Arbol de la Vida, vas a ver que todas las virtudes tienen su opuesto, o sea su complemento. Es el mismo concepto que hallamos en el Ying-Yang de los taoístas de China, por dar el ejemplo más famoso. Biná, que sería algo así como Intuición, en el Arbol está equilibrada con la virtud de la Jojmá, Sabiduría. ¿Qué significa esto? Que la Intuición sin una base intelectual pasa a ser algo demasiado incontrolable, desenfrenada. Con la Sabiduría se estabiliza, entonces uno tiene tanto su base intelectual como sus emociones. Del mismo modo la Sabiduría, sin la parte de las emociones pasa a ser conocimiento seco, sin ninguna iluminación afectiva, lo que necesitamos para llegar a la esencia del genio. Todo el árbol está así construido. Se trata de un ejercicio fascinante del equilibrio de opuestos, pero no es una imagen de Dios.
-Todo esto suena como algo que tiene que ver más con los hippies de los años 60 que con Torá y mitzvot y "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". La gente de la época, ¿cómo lo recibía? ¿Le hablaba todo esto al corazón de la gente?
-Sí, les llegaba al corazón y del modo más profundo. Debes entender que muchas de las ideas que hoy en día la gente asocia con la New Age o con los hippies obviamente no nacieron con ellos, sino que fueron desarrolladas mucho antes. Esto respondía en primer lugar a una necesidad muy enraizada del pueblo judío de analizar sus textos no de un modo intelectual. El Talmud, por ejemplo, analizaba la Torá de la manera más detallada, más seca y más jurídica. Nos sobraban análisis intelectuales, ese nunca ha sido nuestro problema, de hecho hemos exagerado en eso. Lo que faltaba era el equilibrio. Es cierto que luego se desequilibró nuevamente hacia el otro lado. El desequilibrio afectivo es tan peligroso como el intelectual. Pero yo creo que en la época era muy sano el suavizar el panorama intelectual judío también con elementos místicos y afectivos.
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El Rambam en la filatelia española e israelí
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-Pensé que eras una rambamista a ultranza, y Rambam es considerado un racionalista...
-Y soy muy rambamista. Pero aquí quiero desarmar otro mito: Rambam no tenía absolutamente nada en contra de la Cábala. Rambam tuvo sus discusiones, pero no con los cabalistas. El veía al mundo de otro modo, pero tenía mucho respeto por su punto de vista. La querella del Rambam fue precisamente con los talmudistas de Babilonia, porque él los consideraba parásitos, porque no trabajaban.
Pero quiero subrayar: el Rambam no tenía ningún problema con la Cábala original. Es probable que habría tenido un problema inmenso con la Cábala posterior, pero es el mismo problema que también habrían tenido los cabalistas originales.
-¿Cuándo se comenzó a degenerar la Cábala original y por qué?
-Hasta los principios del siglo XIV los escritos de la Cábala en España son elevadísimamente intelectuales. Yo diría que son mucho más difíciles y rebuscados que todo el Talmud. Se empieza a detectar un viraje hacia la magia recién en las postrimerías del siglo XIV en España. ¿Y esto por qué? Porque en el año 1391 se produjeron una serie de pogroms contra los judíos de España. Estamos hablando de un siglo antes de la expulsión. En hebreo era el año "Kaná", formado por las letras Kuf, Nun, Alef. En ese año la comunidad judeo-española fue diezmada. De modo que en 1492 Fernando e Isabel estaban expulsando a menos de la mitad de los judíos que vivieron antes allí. La reacción fue de miedo y desesperación total.
Podemos entender este viraje, quizás no aceptarlo, pero sí entenderlo. Tú puedes ser intelectualmente contemplativo cuando estás bien con la vida. Cuando la Inquisición está tocándote la puerta y quemando a tu mamá, eso no precisamente te reconcilia con la vida. Y tu reacción va a ser de desesperación y de un afán casi histérico por cambiar esa realidad. Y vas a intentar manipular los poderes de la naturaleza para que ésta se modifique.
A partir de ahí vamos a empezar a encontrarnos con una tendencia cabalística que no es la Cabalá Iunit, contemplativa, sino la que se llama después Cabalá Maasit, la Cábala práctica. Esto ya es magia.
Es entonces cuando surge el uso, entre los cabalistas, de las "kmeot", los amuletos. No es que el uso fuera desconocido antes. Sabemos que se usaba antes, porque el Rambam en el siglo XII ya escribe en contra de esas prácticas. Pero no era asociado con los cabalistas, pues el místico no va con amuletos. El místico ve una nube y quiere entender su esencia, pero no quiere modificarla, transformar la nube en vaca. Los que se manejaban con amuletos eran curanderos, gente de poco valor para la comunidad.
En el siglo XIV, luego de las masacres de 1391, eso empieza a cambiar. Pero se puede entender, porque fue una tragedia de tal magnitud que condujo a la degeneración de una cultura entera. La gente empezó a portar masivamente amuletos para protegerse contra el mal de ojo. Vamos, entre tú y yo, contra un inquisidor un amuleto te sirve como media oveja. De todos modos podemos entender el sentido de la impotencia que dio cabida a que esto pasara.
Cuando llegas a la época de la expulsión el judaísmo español está en una histeria desenfrenada, se siente al borde del Apocalipsis, y no hay tiempo para estudiar algo de modo contemplativo y filosófico. Lo interesante es que es esta actitud, la "histérica" en el siglo XV, la que va a penetrar y a compenetrarse en el mundo ashkenazí, que también estaba pasando por un momento que difícilmente podríamos llamar una fiesta. Cuando la influencia de la Cábala cunde también por Ashkenaz, en el norte de Europa, ya a principios del siglo XVI, después de la expulsión de España, en Ashkenaz era la época de los pogroms se trataba también de una época de desesperación total. Lo que los ashkenazíes entonces tomaron de los sefardíes no era el Zohar intelectual, sino el Zohar interpretado con los ojos nuevos de la desesperación, que también en el mundo ashkenazí estaba "de festejo", pues los cosacos que te tocaban la puerta -o la derrumbaban- no eran precisamente más simpáticos que los inquisidores españoles.
De ahí que lleguemos a las leyendas como la del Golem. El Maharal, el rabino de Praga en el siglo XVI, de acuerdo con una receta cabalística secreta, creó una especie de ser que no era exactamente humano, pero tampoco no humano. Lo que hizo fue colocar la palabra "Emet", "Verdad", en la frente del Golem. Emet tiene un valor filosófico en el judaísmo. No quiero entrar en las estupideces de códigos numéricos, porque eso es una tontería selecta. El idioma hebreo guarda semejanza con el idioma sánscrito, que también es un sistema filosófico. Y la palabra Emet tiene un significado filosófico muy interesante. Está formada por las letras Alef, que está al principio del alfabeto, Mem, que es su punto medio, y Tav, que es la última letra. Se abarca entonces la Verdad, porque la Verdad lo abarca todo.
Ahora bien, de acuerdo con la Cábala contemplativa eso era un sistema filosófico que uno estudiaba, y no una técnica manipulatoria que te permitiera convertir a tu amigo en rana. Pero según la leyenda, el Golem cobró vida gracias a esta palabra colocada en su frente, y cuando cumplió su función, el Maharal le quitó la letra Alef y quedó sólo la Mem y la Tav formando la palabra Met, que significa Muerto.
¿De dónde surge esta historia tan entretenida y al mismo tiempo tan imposible? Surge de Checoslovaquia en el siglo XVI, cuando llegan los primeros refugiados de España. Pues ciertamente, algunos refugiados llegaron a ese país y otros incluso a Polonia, si hasta encontramos una sinagoga sefardí en Cracovia. Así llegaron también influencias de la Cábala, en especial de la Cábala de la desesperación. Cuando llega una influencia desesperada y tú ya estás desesperado, porque tienes encima las botas de los cosacos o las prédicas fanáticas de la Iglesia Católica, que también eran el problema en Checoslovaquia, entonces para el ashkenazí fue muy fácil identificarse con la deseperación del sefardí. Eso ocurrió en Checoslovaquia y también el Polonia.
-Cuando llegamos hoy en día a las miles de vertientes, ¿cómo podemos llegar a distinguir una Cábala de la otra? ¿A quién le podemos creer cuando buscan enseñarnos Cábala?
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Guershom Scholem
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-Hoy en día, efectivamente, conviven ambas, la Cábala degenerada y la Cábala elevada, la Cabalá Iunit. Un gran estudioso de la Cábala en el tiempo moderno era Gershom Scholem, un judío conservador, no ortodoxo. El escribió en Alemania, a principios de este siglo una serie de análisis increíbles de la Cábala. Son análisis tan bien hechos y tan hermosamente escritos que casi son del nivel de lo que está analizando. Y aquí quiero recomendar un libro a mis lectores, que está muy bien traducido al español, llamado "La Cábala y su simbolismo" de Gershom Sholem, muy asequible en toda Latinoamérica. Sholem quería volver a estudiar la Cábala de acuerdo con la forma anterior. No como una baraúnda mística sino como una disciplina intelectual que trataba acerca del alma pero que no enloquecía a las personas cuando la estudiaban.
¿Qué hacía Gershom Scholem, y qué hacen hoy en día los estudiosos serios de la Cábala? Primero hizo algo que no se había hecho en varios siglos: repasó toda la Cábala. En una palabra apoyó sus asentaderas y se puso a leer -otro "ejercicio" que recomiendo a mis lectores, hoy tan fuera de moda-. Y no leyó textos "acerca de", o meros fragmentos, sino que leyó todo. Después, él diseminó la información. Pero no como muchos que hoy en día tratan de abrir la Cábala de un modo superficial, sino creando un sistema que revisa la Cábala desde su inicio en el siglo XII, empezando por el Zohar, pasando por las crisis del siglo XVI, la Inquisición en el mundo sefardí, los pogroms en el mundo ashkenazí, y analizando cómo cambió el pensamiento cabalístico.
Yo diría que si alguien quiere estudiar seriamente la Cábala, hay que analizar la actitud del maestro. Si éste dice que todo es misterioso y que no se puede entender nada, dejarlo de lado, porque está colocando una capa de misterio sobre algo que puede ser estudiado. A mi juicio no hay necesidad de este tipo de exclusivismo. Por otro lado, si un maestro lo intenta enseñar como un sistema barato, abriéndolo a todos sin profundizar en los fundamentos, eso para mí también es una estupidez. Estoy hablando en especial de los tipos al estilo New Age que intentan hacer comparaciones entre la Cábala y el hinduísmo sin saber de lo uno ni de lo otro.
Lo interesante y lo correcto, en mi opinión, es un maestro que tiene una actitud crítica y a la vez abierta, como lo era Gershom Scholem. El terminaba diciendo que no aceptaba todo lo que estaba escrito en la Cábala, pero que era una obra magna de filosofía. No importa si estás de acuerdo o no. No tienes que estar de acuerdo con Platón para aceptar que era un gran filósofo. Creo que la actitud de Gershom Scholem era la más atinada y la más acorde con la Cábala original.
Pues los primeros cabalistas no se proponían fundar una nueva doctrina: buscaban entender. Gershom Scholem también. El intentó entender las ideas que ellos engendraron, y si bien no aceptaba todo, rescataba el sistema. Creo que esa debe ser la actitud básica.
-¿Y en Israel? ¿Cómo se explican todos los fenómenos de Cábala barata, supersticiones, rabinos curadores, amuletos políticos, peregrinaciones a tumbas, etc.?
-Muy bien, todos mis lectores ya saben que soy sefardí, y como tal guardo mucho resentimiento contra el abuso de la Cábala en Israel. Todo el partido Shas, y también podemos agregar a nuestros parientes ashkenazíes de Jabad, hablan en nombre de la Cábala sacando amuletos, hechizos, aprovechando el malestar y la ignorancia de gente que se siente, con razón o no, maltratada por el establishment o por la vida.
Ellos intentan por ejemplo -y ahora voy a hablar de algo bastante incómodo- usar y dar legitimidad a una ceremonia cabalística llamada en arameo Pulsa Dinura. Supuestamente esta ceremonia fue utilizada para decretarle la muerte a Itzjak Rabin. Utilizar la Cábala tal como lo hicieron varios rabinos, tanto sefardíes como ashkenazíes, para decretar una sentencia de muerte contra alguien, que es lo que sucedió en el caso de Rabin, para mí es una perversión de todo lo que la Cábala representa. Es más: toda la idea de la ceremonia de Pulsa Dinura era para anular un espíritu maléfico en el sentido simbólico, como anular la congoja. Se trataba de un rito antiguo, de la España medieval. Algunos sostienen que tiene raíces mesorientales, aunque eso no está muy comprobado. Desde mi visión histórica yo veo mucha influencia de la Iglesia Católica, y en particular de la Iglesia española, con sus elementos teatrales. En el rito, la gente marchaba en procesión, pronunciando rezos y llevando cirios, velas enormes y largas, y a través de ciertos simbolismos anulaban "espíritus del mal", que en general era algo simbólico, como exorcizarte la tristeza. Pero aplicarlo a un ser humano, encender una vela y decir que de ese modo queda anulada el alma de Rabin no tiene vínculo alguno con la Cábala, sino con una mente pervertida que jamás leyó la Cábala, o que leyó tres renglones de interpretaciones de gente fanática.
La meta de la Cábala era entender el universo, no la perversión. Pero hoy en día hay mucha gente que apoya a Igal Amir, el asesino de Rabin, por motivos cabalísticos. Otros sostienen que en la Torá hay códigos escondidos de números con letras que forman supuestas profecías, que es otra tontería porque lo único que están haciendo es empezar con una deducción intelectual a posteriori que intentan presentar de modo apriorístico, y eligen únicamente las palabras que les sirven para comprobar lo que les da la gana. Es una técnica tan absurda y tan burda que me maravilla que tanta gente esté cayendo en esta trampa.
La gente de Shas, como la gente de Jabad -sabemos que somos del mismo pueblo porque ambas partes son igualmente idiotas- seleccionan ciertos versículos, los descontextualizan totalmente, y los intercalan en una agenda política que ya tienen lista de antemano. Tanto los de Jabad como los de Shas manipulan ideas que poco tienen que ver con la visión original de la Cábala.
Bibliografía
Tomado de Hagshama E-zine