Palabras de la Comunidad Judía a Vicente Fox, Presidente de México

Palabras pronunciadas por el Lic. Alfredo Zonana, Presidente del Comité Central de la Comunidad Judía de México en ocasión de la comida con el Presidente Vicente Fox en el Centro Deportivo Israelita, el jueves 29 de agosto del 2002.


Sr. Presidente de la República, Lic. Vicente Fox Quesada,
Señoras y señores integrantes del Gabinete,
Distinguidos funcionarios que nos acompañan,
Dirigentes de comunidades e instituciones de la Comunidad Judía de México.
Señoras y señores. Amigos Todos:

Esta tarde, dirigentes e integrantes de la Comunidad Judía de México, nos honramos en darles la más cordial bienvenida a este evento en que tenemos la oportunidad de compartir el pan y la sal, como lo marca nuestra milenaria tradición.

Nuestra comunidad, representa un enorme mosaico social, donde coexisten destacados profesionistas en las ciencias y en las humanidades; profesores, artistas, periodistas e intelectuales, comerciantes, empresarios grandes, medianos y pequeños, empleados en todos los campos, y principalmente niños y jóvenes estudiantes, que hoy se preparan para ser parte de una sociedad moderna, democrática y participativa. La Comunidad Judía de México es parte de un mosaico muy plural, con muchas tradiciones y valores en común. Como dignos integrantes del Pueblo del Libro, para nosotros la educación junto con la vida familiar son los pilares de la sociedad.

A través de una educación de calidad accedemos todos a conocimientos, que nos ayudan a enfrentar los retos de la vida y a obtener mejores ingresos para así lograr una vida más digna y productiva. A través de la unión familiar, obtenemos los valores y criterios culturales, que nos permiten ser respetuosos y más responsables de quienes nos rodean. Todo ello, junto con la vida Comunitaria nos da el marco completo para poder ser mejores ciudadanos informados y activos en los asuntos de interés colectivo.

La estructura de la Comunidad Judía de México es el resultado del sincretismo entre los valores y tradiciones del judaísmo, con los valores y tradiciones mexicanas en torno a un eje común, la unidad familiar.



Conscientes de nuestro entorno y de sus necesidades, hemos desarrollado en México a lo largo de casi un siglo, una amplia red de trabajo de desarrollo social que beneficia a los que menos tienen tanto dentro como fuera de la Comunidad, como ejemplo y sólo por mencionar algunos proyectos, apoyamos la promoción del empleo en seis estados de la república, mediante la capacitación y asesorías para el autoempleo, la creación y mejora de microempresas. Colaboramos con hospitales, orfanatos, asilos y escuelas públicas a quienes se les apoya continuamente. Trabajamos también en programas de instalación de centros de cómputo en escuelas públicas, logramos una red de apoyo inmediato y solidario en casos de desastres por fenómenos naturales a lo largo de toda la República Mexicana y el más reciente proyecto, que consiste en la construcción de vivienda progresiva, entregada a familias con ingresos menores a dos salarios mínimos, con desarrollos en Veracruz, Guerrero, Hidalgo y próximamente en el Estado de México.

Hace justo un año, representantes de nuestra Comunidad viajaron a Durban, para participar en la Conferencia Mundial contra el Racismo. Al igual que la Delegación Oficial Mexicana, teníamos cifradas nuestras esperanzas en que esta Conferencia, la primera en importancia del siglo XXI, marcaría el inicio de una nueva convivencia de la humanidad, reconociendo los errores del pasado y preparando el camino para un mejor futuro. Lamentablemente esta se convirtió en una arena en contra del Estado de Israel, del sionismo y por ende de los judíos, con los ataques antisemitas más virulentos usados probablemente desde la Segunda Guerra Mundial.

El ver la forma como la propaganda fue preparada y distribuida en Durban, ante el absoluto silencio de las autoridades de las Naciones Unidas, organizadoras del evento e incluso incentivadas por el gobierno anfitrión sudafricano, nos debió haber marcado una alerta de lo que estaba por venir en varios frentes mundiales, uno de ellos por supuesto inmediatamente al término de la Conferencia con los ataques del 11 de septiembre y otro que nos preocupa mucho, el que se da en el Medio Oriente, entre israelíes y palestinos.

El efecto de estos y otros sucesos se dejaron sentir en México, donde de pronto la Comunidad Judía de México era señalada como responsable de una serie de absurdos, que sólo la más burda propaganda era capaz de mostrar. Durante varias semanas, vivimos momentos en los que en la prensa se escribía y agredía por igual al Estado de Israel, al sionismo, al judaísmo y por lo tanto a nuestra Comunidad.
Pintas de swásticas aparecieron; marchas de grupos totalmente ajenos al conflicto en el Medio Oriente, pero manipulados por individuos mal intencionados, quisieron traer el conflicto a nuestro país.

Afortunadamente la tradición pacifista y objetiva de México, junto con la prudencia de nuestra Comunidad y la reacción de las autoridades tanto de la Presidencia, de la Secretaría de Relaciones Exteriores, de la Representación Permanente de México en las Naciones Unidas y del Congreso de la Unión, evitaron que hubiera una escalada que podríamos estar lamentando ahora mismo.

Desafortunadamente no fue así en muchos otros países del mundo, especialmente en Europa, África y también en algunos países latinoamericanos, donde las Comunidades Judías y sus instituciones, fueron victimas de la violencia física.

Este tipo de fenómenos nos confirma que en pleno siglo XXI, siguen vigentes muchos de los prejuicios y estereotipos antisemitas y que solamente se requiere de una pequeña chispa para sacarlos a relucir en toda su intensidad. Ante estos hechos, hoy más que nunca estamos convencidos de que urge aprobar La Ley Contra la Discriminación, donde tantas asociaciones e individuos hemos venido trabajando desde hace más de un año y cuyo anteproyecto ya ha sido presentado desde hace varios meses.

La única forma de consolidar el proyecto democrático en el que estamos inmersos los mexicanos, es garantizando una convivencia social, pacífica y ordenada, donde todos los diferentes grupos estén protegidos y no queden a merced de las incitaciones al odio y la violencia que algunas agrupaciones tratan de impulsar para desestabilizar al país.

Señor Presidente Fox, en varias ocasiones durante su candidatura y ya como Presidente, hemos expuesto ante usted la necesidad de promulgar una Ley Contra la Discriminación que incluya entre otras clasificaciones de delitos, el antisemitismo.

Hoy con todo respeto lo volvemos a hacer.



Nuestro país necesita de un ambiente propicio para generar las inversiones que se requieren para crear los cientos de miles de puestos de trabajo, que permitan abatir la pobreza y para ello es indispensable que haya seguridad física y jurídica.

Así como en otras ocasiones hemos sido no sólo los primeros, sino también los más persistentes en insistir sobre el problema de la inseguridad, especialmente en materia de secuestros, hoy somos quienes también sabemos reconocer los avances que se han hecho en este rubro. Los últimos meses han sido de gran actividad por parte de las autoridades para combatir y capturar a un gran número de bandas dedicadas al secuestro.

Queremos hacer un público reconocimiento a las secretarías de seguridad pública y procuradurías del Estado de México y del Distrito Federal, a la Secretaría de Seguridad Pública, a la Procuraduría General de la República y muy especialmente a la Agencia Federal de Investigación, por la exitosa campaña que ha desmembrado docenas de bandas dedicadas al secuestro, al narcotráfico y al crimen organizado.

Para complementar estos avances en la lucha contra la criminalidad, es necesario incluir también al poder judicial. Sin duda la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha avanzado en los últimos 4 años en materia de reforma judicial, lo que les ha permitido ser más independientes y más eficientes, pero sentimos que a través de un mecanismo de transparencia se puede lograr otro avance.

Si los casos del poder judicial se hacen públicos, como sucede en otros países donde incluso pueden ser consultados en Internet, se transparentan los procesos, al tiempo que se evita que se ejerzan presiones indebidas sobre los jueces.

No se ha ganado la batalla final contra la inseguridad, pero se está avanzando en la dirección correcta.

El mensaje que el gobierno está enviando a la delincuencia ahora es claro, no habrá impunidad y pagarán por sus crímenes.



Sr. Presidente, las últimas cifras dadas a conocer por la Secretaría de Desarrollo Social, sobre la pobreza en México, nos han preocupado mucho, como seguramente a usted y a las personas concientes de este país que entendemos que si no elevamos los niveles de ingresos, nuestra nación no podrá llegar a un desarrollo pleno.

La Comunidad Judía de México está comprometida con el bienestar del país. Trabajamos creando un ambiente propicio para el trabajo, la inversión y la innovación. Estamos comprometidos con la estabilidad y la competitividad. En el último año, no sólo se mantuvieron las inversiones, sino que se incrementaron. Hoy podemos afirmar que la Comunidad Judía proporciona más de 3,000,000 de empleos directos, lo que la convierte en el grupo que porcentualmente más empleos aporta en el país.

Nuestro compromiso es continuar buscando nuevas oportunidades de inversión y generación de empleo, redoblando esfuerzos en la promoción de proyectos productivos. Estamos conscientes que cada individuo, cada comunidad, debemos hacer nuestra mejor aportación.

Es tiempo que todos pensemos primero en las necesidades reales y urgentes que nos aquejan.

Entendemos que vivimos en una democracia y que los procesos electorales se realizan a través de la participación en partidos políticos. Entendemos que estos tienen el objetivo de ganar elecciones, pero también entendemos que hay asuntos que deben estar más allá de la politización.

En Pirkei Avot, el Tratado de ética de nuestros padres, en el Capítulo II, Versículo 2, dice: “Rabán Gamliel quien vivió en los siglos II y III de la era común, solía decir: El estudio de la Torá o Pentateuco, debe complementarse con el trabajo, pues la dedicación a ambos nos aleja del error. Todo estudio que no va acompañado de un trabajo, se torna en improductivo y conduce al error”.

De igual manera podemos decir que toda política que se queda sólo en la discusión, sólo en el plano teórico, produce estancamiento, se torna en improductivo y conduce al error.


El compromiso de nuestra Comunidad es con México. Es por ello que le ofrecemos a usted como nuestro Presidente, como el Presidente de todos los mexicanos, que bajo su liderazgo, nosotros nos comprometemos a tomar las acciones que conduzcan al camino del progreso.

Usted ha contribuido a que los ciudadanos contemos con la información necesaria para participar cotidianamente en la construcción del país que anhelamos y así lo haremos.

Los miembros de la Comunidad, continuaremos trabajando incansablemente en promover el diálogo, la pluralidad, el respeto, el bien común y los derechos humanos, valores que nos unen y nos comprometen a ser mejores individuos en beneficio de nuestro querido México.

Sr. Presidente Fox, tenga la seguridad que en nosotros encontrará siempre una comunidad constructiva y participativa.

Muchas Gracias.


(Entrega del obsequio):


Señor Presidente:

Tengo el gusto de entregarle esta carpeta que contiene 15 serigrafías que representan a los 15 profetas llamados los “profetas escritores”, realizadas por el pintor judeo-mexicano Eduardo Cohen (q.e.p.d.), y que quedaron plasmados en los vitrales del Colegio Hebreo Maguén David en esta Ciudad de México. Según las palabras del mismo autor: “Los profetas encarnan el núcleo moral del Antiguo Testamento; ellos son los más destacados representantes del monoteísmo ético. Su mensaje, originalmente dirigido a los judíos, acabó constituyéndose en un legado universal. Cada uno de ellos, aun los que se encuentran más modestamente representados en el Canon Bíblico, tienen algo que decir al mundo de nuestros días”.

Reciba esta carpeta con el aprecio de la Comunidad Judía de México.