Una de las tradiciones más cuidadas y significativas en nuestro Pueblo es la pronunciación del Kadish. Nuestra fe nos enseña que a pesar de la separación fisíca tenemos la posibilidad de continuar actuando en beneficio de la persona fallecida por medio de la pronunciación del Kadish.
Al pronunciar las palabras del Kadish los sobrevivientes se comprometen con la memoria del difunto y confirman el hecho de que la vida debe seguir su curso, asegurando así al alma del difunto que la vida no cesará por su fallecimiento. Continuarán luchando por la verdad, la justicia, la piedad y por todos los objetivos más nobles de la vida, de manera que la vida del difunto se considere como una contribución eterna a la humanidad y que no haya sido en vano.
La tradición judía nos ha enseñado que debemos honrar a nuestros padres, incluso después de su muerte. Cuando un hijo dice Kadish todos los días en los servicios de la Sinagoga durante once meses, honra a su difunto padre o madre. El Kadish es una plegaria en honor a los fallecidos. Su recitación por el viviente es un factor para la redención del alma del difunto. Si los hijos del padre recientemente fallecido se levantan para Santificar en público el Nombre de Dios, ello redundará en mérito del muerto. El juicio Divino sobre la persona fallecida toma en cuenta el acto de sus hijos. De este modo "el hijo logra absolver al padre" (Sanhedrín 104 a). Por lo tanto, el Kadish es un modo de que los hijos puedan continuar demostrando su respeto y atención a sus padres, aún después de fallecidos. Ello concuerda absolutamente con el Mandamiento de "Honrarás a tu padre y a tu madre", precepto éste que rige mientras los padres están vivos y presentes igual que cuando no lo están.
El Kadish es por su esencia, una oración pública. No se lo recita cuando uno reza solo. Si no se cuenta con el número mínimo de judíos que constituyen una congregación (minian, quórum), falta el carácter público de la Santificación del Nombre de Dios.
En la Sinagoga de la Kehilá se realizan rezos diarios. Ud. Está invitado a participar y pronunciar el Kadish por su ser querido. Nosotros nos ocuparemos de orientarlo y enseñarle lo necesario para que se sienta cómodo. (Ud. Recibirá el texto del Kadish, en hebreo o en fonética, de acuerdo a su necesidad).
La obligación prioritaria de este acto de reverencia recae sobre el/los hijo/s hombre/s por la muerte de sus padres,aún cuando este/os no haya/n llegado a los 13 años (Bar mitzvá)
Si la persona fallecida no tuviera hijos, la obligación recae entonces sobre su padre, si este estuviera vivo. Si fuera fallecido, los hermanos deben rezar el Kadish.
No existiendo ninguno de esos parientes, el marido o un yerno podrán recitar el Kadish si los padres de éste hubieran fallecido o si lo autoriza un rabino en tal sentido.
En caso de no tener el fallecido/a hijos varones y las hijas quieran cumplir con el precepto de pronunciar el Kadish, agradecemos dirigirse al Rabino para recibir la orientación correspondiente.
En caso de que el fallecido no haya dejado a alguien que diga el Kadish, se puede solicitar los servicios de una persona para recitar el Kadish en su memoria.
El Kadish debe ser recitado diariamente (inclusive en Shabat y festividades) en los tres servicios religiosos (Shajarit, Minjá y Arvit) durante 11 meses, contados desde el día del entierro. El último mes se continúa acompañando los rezos en la Sinagoga y se pronuncia Kadish De Rabanán.