Las clases de Sharona
Por Sharona Fredericko
Aprendió y editó: Marcelo Kisilevski
Son días críticos en un Medio Oriente donde los tiempos políticos son cada vez más cortos. Un nuevo cambio de gobierno acontece en un Israel. El tipo de liderazgo que habrá de conducir sus destinos es clave para analizar posibles logros o retrocesos. Sharona Fredricko nos remonta a dos ejemplos de la historia judía, no para trazar paralelismos históricos imposibles, sino para intentar aprender algo acerca de lo que encumbra o derriba a un líder.
-En esta época de elecciones, intifadas y convulsiones en el Medio Oriente que nunca se acaban, Jerusalem vuelve a tomar una centralidad especial, y no solamente por la Intifada de Al Aqsa, sino también por otros aspectos, como los últimos modelos de liderazgo que han pasado por ella.
-¿Estás hablando de Ehud Barak y de Ariel Sharón?
-Sí, Barak no ha logrado asentar un liderazgo carismático como esperaba. Y creo que Sharón, que hasta la fecha de esta "clase de Sharona", 13 de febrero del 2001, aún no ha asumido el mando, viene con un estilo levemente distinto. A partir de su discurso daría la sensación que hubiera aprendido algunas cosas de su vida política
-A pesar de su criminalidad
-Sí, su criminalidad por la Guerra del Líbano en general y la masacre de Sabra y Shatila, donde se demostró su responsabilidad indirecta, en particular. Pero ahora llama a un gobierno de unidad nacional, ha asumido que habrá un estado palestino, llama a los palestinos a negociar...
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Después de suscitar la Intifada de Al Aqsa, por su visita totalmente provocativa al Monte del Templo
-Más bien diría después de desatarla; es un evento mucho más profundo provocado por otros múltiples factores.
-Estoy de acuerdo contigo, pero fue una acción bastante provocativa.
-No cabe duda. Lo que te quiero preguntar es: ¿qué podemos aprender de los dos estilos de liderazgo? ¿En qué modelos de liderazgo en las fuentes judías nos podemos basar para analizarlos?
-Bueno, en este caso vamos a pasar rápidamente a las fuentes judías, porque los ejemplos cotidianos son de terror. Es decir, tanto la irresponsabilidad de Sharón, que actuó como un aventurero cuando subió al Monte del Templo, como Barak, un ejemplo totalmente malogrado de un militar que quiso ser líder. Lo mismo ocurrió con su antecesor: da la sensación que Barak y Biniamín Netaniahu fueron la misma persona, pero con traje distinto.
Vamos a remontarnos a dos soberanos judíos. Uno de ellos es el rey David, que según la Halajá no sería judío, porque era nieto de una mujer moabita, que jamás pasó por conversión halájica al judaísmo. David, el rey por excelencia, el rey guerrero y poeta. Y el otro, un soberano que gobernó nada menos que mil años después, que es Herodes, el más controvertido pues, según muchas fuentes halájicas, tampoco era judío, a pesar de que seguimos venerando todas sus ruinas, incluyendo el Kotel.
-Comencemos por David.
-David era nieto de una moabita, Rut, y era de estirpe humilde. Se lo ve más o menos como un líder guerrero militante. Aquí quiero recalcar lo siguiente: muchos judíos no quieren ver el hecho de que David conquistó a Jerusalem por la fuerza, y siempre decimos que nuestras raíces están en Jerusalem, y que nuestro vínculo a Jerusalem es anterior al musulmán. Esto es cierto. Pero lo que se olvidan de mencionar es que nosotros llegamos a Jerusalem igual que los musulmanes: a sangre y fuego. Pero dicho esto, no fuimos peores que ellos.
David conquista la ciudad. ¿Para qué la quiere? ¿Para qué necesita a la ciudad de Jebús? Porque justamente era el único lugar no discutido por las doce tribus. Cualquier otro lugar, como Hebrón y que no se preocupen en la izquierda, no me estoy volviendo partidaria de tomar Hebrón-, que sí tenía significado en la historia judía anterior a Jerusalem, hubiera sido vetado por las demás tribus. En Hebrón están enterrados los patriarcas hebreos, Abraham, Itzjak y Iaacov. Ismael, el padre del Islam, no está enterrado allí, pero ayudó a su hermano Itzjak a enterrar allí a su padre Abraham.
A la tierna edad de 14 años ya había hecho cisco a Goliat de Gat, ese horrible gigante de los filisteos. Así que cuando fue coronado rey, ya venía con muchas ínfulas de macho militar. Quería centralizar el poderío deIsrael el término "judío" no existió hasta la época de Herodes-, unificando a las 12 tribus, que eran muy facciosas y reñían mucho entre sí, dando primacía a la suya, la tribu de Judá. Por eso tenemos como emblema el León de Judá como representante de David.
David no podía elegir a Hebrón como capital de su reino, porque es una ciudad parcial: pertenece a Judá. Tampoco puede elegir a Bet El, otro lugar en los actuales territorios, que también es un lugar recelado por las tribus. Necesita un lugar totalmente neutro, y ése es Jebús.
Los hebreos ya habían tenido contacto con la ciudad de Ur Shalem, que en acádico significa "Se levantará una entidad" (no significa "Ciudad de la paz", eso es una tergiversación posterior) desde que Abraham llevó a Itzjak al Monte Moriáh. No estoy negando nuestro vínculo, pero nunca antes habíamos gozado de soberanía en esa ciudad, hasta el momento en que David la conquistó.
-¿Sí se tienen que alegrar los árabes? Los palestinos aseguran ser los descendientes de los jebusitas. También de los filisteos, haciendo gala de una inclinación al absurdo histórico que da escalofríos.
-Exacto, que no se alegren mucho los árabes, porque los jebusitas no eran árabes ni los palestinos. Tampoco son sus antecedentes. Eran otro pueblo semita carente totalmente de relación con los árabes posteriores.
David, pues, conquistó la ciudad. Pero a diferencia de los demás conquistadores, decide portarse muy bien con los jebusitas. Era algo bastante insólito para una época en que los conquistadores saqueaban y quemaban la ciudad y masacraban o expulsaban a todos sus habitantes. Así lo había hecho, sin ir más lejos, el antecesor de David, Saúl, contra los amalekitas. Ahí vemos que David es mucho más tolerante con los demás pueblos.
David deja vivir a los jebusitas tal como vivieron antes, con un solo cambio: que ahora el rey es israelita y no jebusita. No los convierte a la fe de Israel, no tiene ningún interés en convertirlos, y los gana así como aliados políticos. David es sagaz
-¿Pero mete muchos judíos a vivir dentro de Jerusalem?
-¡Israelitas! No uses la palabra judíos. Es cierto, llegan muchos judíos con David
-¡Israelitas!
-¡Ups!, es cierto. Bueno, llegan muchos israelitas a la ciudad, pero no desalojan a los jebusitas.
-Recordemos que Jerusalem no era lo que hoy es la Ciudad Vieja, dentro de las murallas. ¿Sería lo que hoy es el barrio de Jerusalem oriental de Silwán?
-Ciertas áreas de Silwán. Era pequeñita y tenía también murallas, porque Jerusalem siempre estuvo en la médula del conflicto. David la amplió, y después de una generación se vieron los frutos de la convivencia. David no era ningún tonto, y al aliar a los jebusitas eliminó la posibilidad de una quinta columna dentro del país. Sabía que cuando saliera a la guerra, podría confiar en que los jebusitas seguirían siendo súbditos leales.
-¿Estás sugiriendo que continuemos la conquista, así los palestinos serán súbditos leales?
-Sabía que ibas a agarrar para cualquier lado. No estoy sugiriendo eso. Yo no creo en hacer paralelismo entre épocas históricas. Aprender de la historia, como lo hacemos aquí, no es repetirla. Lo que estoy diciendo es que nosotros y los palestinos deberemos aprender del ejemplo del Rey David, que también figura en el Corán, de poder llevar a cabo guerras sin dañar a la población civil.
David se caracteriza por toda su militancia. Su imagen en cierto sentido está bastante exagerada. Fue guerrero contra pueblos que atacaron a Israel y también a veces iniciaba las guerras, como cualquier soberano de la época. Pero David no hizo daño a la población civil, y eso, a nivel moral, ya lo coloca en un nivel muy superior al de los soberanos de la época, y muy superior al nuestro y al de los palestinos.
-Sharona, yo te conozco bien: no puede ser que le estés tirando tantas flores a David. Me veo venir el palazo.
-Sí, yo mismo me asombro de lo que digo. Porque hasta ahora solía ver en David a uno de los personajes más antipáticos de la Biblia. Un egoísta supremo, en el plano personal, a nivel moral, no titubeó ni un segundo en mandar a un hombre casado al frente de guerra sabiendo que iba a morir, por el solo "delito" de estar casado con el amor de su vida, Batsheva. David vio desde su palacio, bañándose en el techo de una casa a una mujer sumamente bella. Vaya uno a saber qué hacía bañándose en el techo
-Quizás era una costumbre de la época
-¡Para nada! Al contrario, era una flagrante violación de todas las pautas de la decencia. Encima lo hacía en ausencia de su marido, Uria el hitita. Este no era judío, así que ya vemos que aun en aquella época los casamientos mixtos eran un asunto muy común. Los judíos no tenían miedo a los casamientos mixtos en la Tierra de Israel porque generalmente los hijos se criaban como judíos. Que no se arranquen los pelos todos los ortodoxos: no estoy abogando por el casamiento mixto; sólo señalo que el mismo ya existía y era frecuente en la época de las sagradas escrituras que ellos dicen defender; y lo que sí condeno es la exclusión de los hijos de los casamientos mixtos en ciertas comunidades retrógradas, cuando los padres, uno judío y el otro no, piden criarlos como judíos. Esa es la verdadera pérdida, aún más que el matrimonio mixto en sí.
Pero volviendo a David, él quiere a Batsheva, entiende que está casada. Su marido era un alférez, una especie de capitán inferior, un portaestandarte. Hay guerra, y David lo manda al frente. Se puede decir: bueno, hay que mandar a algún soldado al frente, ¿no? Pero tal como el profeta Natán hizo reconocer a David, a Uria lo mandó con la decidida intención de matarlo.
Por eso no sostengo a David como ejemplo moral. Sólo señalo algunos ejemplos de su trayectoria política. Lo extraordinario de ésta, en Jerusalem, una ciudad que ha conocido más de 17 destrucciones y reconstrucciones, es su preocupación por la vida de la población civil. Infelizmente esta conducta no la veremos imitada por nadie en la historia posterior.
Ya sé que los derechistas van a saltar diciendo: "Israel jamás ha matado a ningún civil". No es verdad. Y que no salten los palestinos porque ellos hacen papilla a la gente civil, qeu es incluso su primer blanco de ataque. En ese sentido, David es extraordinario.
Tampoco estoy proponiendo la conquista como norma. Estoy diciendo que en una época en que la conquista sí fue norma, David fue humano con la población civil.
Si lo llevamos a nuestra época, en el mundo occidental civilizado la norma es la democracia y no la conquista. Nosotros tenemos que ir también con la norma. No porque sea norma sino porque es lo justo. Como dijo Reinhold Nibur, el gran pastor protestante antinazi en Alemania: la democracia se hace posible por la habilidad humana de expresarse libremente; pero la democracia se hace imprescindible por la tendencia humana a la injusticia. La democracia es lo único que nos protege de la tiranía. No estoy diciendo que es perfecta, pero es mucho mejor que cualquier alternativa.
Si vemos a David como lo más civilizado de su época, mucho más civilizado que Saúl, su antecesor, que masacraba a la población civil de sus enemigos sin pestañear, entonces quizás valga la pena fijarnos en su ejemplo moral para con los pueblos conquistados. Y efectivamente, los palestinos, nos guste o no, fueron conquistados por nosotros. Eso en ningún sentido menoscaba el vínculo totalmente legítimo del pueblo judío con la Tierra de Israel. Aunque los palestinos no lo acepten, el vínculo existe, es fuerte y es legítimo. Tampoco estoy diciendo que ellos no nos querían conquistar a nosotros: sencillamente les ganamos la batalla y si la hubieran ganado ellos, nos habrían convertido en polvo. La pregunta sigue siendo cómo nos portamos. Y si tomar el ejemplo davídico significa que vamos a ser mejores que los demás pueblos de nuestra época, entonces está bien tomarlo.
-¿Qué pasa, en cambio, con el otro ejemplo de liderazgo complejo, controvertido, el caso de Herodes?
-Sí, antes Herodes me parecía más liberal que David, y debo decir, al profundizar más en las fuentes, que estoy viendo otra cosa. El ejemplo herodiano es más parecido al de Ariel Sharón.
¿Quién era Herodes? Vivió mil años después de David. Un mileño es mucho tiempo, las realidades son diferentes, como si comparáramos nuestra época con la del siglo X. David mantuvo la esencia judía del pueblo, rechazando cualquier influencia ajena, a la vez que era tolerante con los pueblos bajo su dominio.
Herodes no la corrompió, pero decididamente la cambió. Herodes nació de un idumeo y de una madre nabatea. Los nabateos eran un pueblo semita que habitaba la zona del actual sur del Neguev, tanto en Israel como en lo que hoy en día es Jordania. Los idumeos fueron conquistados y forzosamente convertidos al judaísmo por un rey judío llamado Iojanán Hurcanus. El abuelo de Herodes fue uno de esos idumeos. Su padre ya nació como judío hiper-creyente. Y en esta época sí podemos usar ya la palabra "judío", porque ya los romanos habían cambiado incluso la autoimagen del israelita. Ellos les dieron el nombre de "judeos", como habitantes de la provincia romana de Judea.
No sabemos si la madre de Herodes se convirtió. Pero lo cierto es que tampoco existía ningún rito de conversión. La manera de ingresar en el pueblo era la manera en la cual lo hizo Rut. Ella dijo a Naomí, su suegra: "Tu pueblo es mi pueblo, tú Dios es mi Dios, yo te seguiré", y listo, judía instantánea. Yo no veo nada de malo en eso. Rut demostró su compromiso con el pueblo judío, sin que hubiera mediado ninguna ceremonia halájica. De hecho tampoco existía la Halajá, que es un invento posterior. Es más, en aquella época se aceptaba la descendencia patriarcal, así que tampoco importa si la madre de Herodes dijo o no dijo que desde ahora era judía.
Lo cierto es que Herodes es criado como judío. Pero también es criado en los salones de enseñanza greco-romanos. Y él cree fervientemente en la síntesis entre la cultura judía y la greco-romana, que era la "cultura moderna" de la época. El no veía ninguna contradicción entre la vestimenta griega, hablar griego y latín, y ser judío super creyente. Hasta aquí creo que va a ser muy fácil para mis lectores identificarse con él.
-¿Cuál es la diferencia entre él como líder, y David?
-Siempre vemos a David como un líder militar y a Herodes como un gran diplomático. El lo fue. Era íntimo amigo de Marco Antonio, uno de los tantos novios de Cleopatra.
-¿Podés agregar algún chismecito para nuestro "TV-Judea-Guía"?
-A eso iba: que sepan mis lectores que Herodes también tuvo una "historia" con Cleopatra, y en Massada le construyó un palacio a la Cleo.
-¡Maestro!
-Así es, pasaron muchas más cosas en Massada aparte del gran suicidio colectivo. En fin, Herodes supo manejarse con los romanos y ganarse su afecto, al punto que consiguió de ellos la autorización para reconstruir y embellecer el Segundo Templo. Y la gran obra del Segundo Templo, cuyo único vestigio hoy en día es ese muro de contención al que llamamos el Kotel , el Muro de los Lamentos, fue construido gracias a la habilidad diplomática de Herodes. Como judíos debemos agradecerle. Se lo llama "Herodes el constructor", "Herodes el albañil". Herodes trajo la paz y la estabilidad para los judíos gracias a que se congració con las autoridades romanas.
Hasta aquí estoy segura que todos mis lectores están encandilados con él como lo estaba yo. Pero ahora veamos la otra cara.
David tuvo que aguantar el disenso interno, de gente que no pensaba como él, pero no los masacró. No era democrático, no nos confundamos, impuso su voluntad de rey, pero no fue asesino de los disidentes. Herodes sí lo fue. Cuando un judío levantaba la voz en su contra, lo mataba. Fue lo que pasó con el Sanhedrín, el gran tribunal rabínico. Cuando aquellos ancianos no estuvieron de acuerdo con él, tomó a todos por rehenes y masacró a varios.
Segundo, cuando Herodes se dio cuenta que habían sectores enteros del pueblo judío que se oponían a él, como los esenios, a los que posiblemente pertenecía Jesús, los masacró. Llevó a cabo masacres gigantescas. Ahora Herodes es mucho menos simpático.
-Y no nos olvidemos de los asesinatos dentro de su familia. ¿A cuantos se cargó dentro de su propia casa?
-Exacto, llegó a matar a la mujer a la que más quería, Mariamne la Hasmonea, porque creía que estaba metida en una conjura para matarlo. Mató también a su propio hijo, Fasael, y al amigo de éste, Hípicus.
-También a su cuñado, el sumo sacerdote Aristóbolus III, hermano de Mariamne, porque temía su popularidad.
-Luego embalsamó el cadáver de Mariamne en miel, y la mantuvo junto a él por varios años. A los argentinos que nos leen, esto les debe recordar a Juan Perón, que embalsamó a Evita y la tuvo con él en España, sacándola a "airearse" en las tertulias del domingo. Pero Herodes, que fue el que la degolló, volvió después a montar la cabeza sobre el tronco, y solía reunirse con ella de modo necrofílico. Esto, a diferencia de David, ya es demencia.
Pero en Jerusalem, Herodes fue más exitoso que David. Y si vamos al presente, ni Netaniahu ni Barak supieron acomodarse bien con el poder reinante, los norteamericanos. Es más, creo que ningún gobierno logró explicar bien la posición del gobierno israelí acerca del tema de Jerusalem ante la Casa Blanca. En este sentido Herodes gana.
-¿Cómo se conduce Herodes para con los pueblos extranjeros?
-Con respecto los paganos greco-romanos en su territorio, Herodes se mostró tolerante. No le quedaba otro camino, pues eran representantes del poder reinante. Pero con otros pueblos menos importantes, igualmente paganos, masacró despiadadamente a la población civil de un modo que David jamás lo hubiera hecho. Dentro de Jerusalem, David permitió a los jebusitas mantener su culto, pero no permitió ninguna señal de religión jebusita en los recintos judíos. Herodes intentó enlazar a los símbolos de la fe romana con los de la religión judía. Ahí pega el resbalón, porque mete la estatua símbolo del poder romano dentro del recinto sagrado del Templo: el águila, en el año 13 dec. Los judíos todos se enardecieron por su atrevimiento de meter un símbolo pagano dentro de su recinto y derribaron el águila. Esto a su vez, suscitó la zaña del Imperio Romano.
Si analizamos la política de Herodes en Jerusalem, su heredero actual resulta ser Ariel Sharón. El está intentando mostrarse como gente de bien con los yanquis, porque no tiene otra, porque los necesita: de allí llega el dinero y el respaldo político. Pero con respecto a los árabes Sharón es conocido como mano dura. Cómo se va a portar ahora depende de los factores externos. Y con respecto a poblaciones civiles extranjeras, no ha dudado en dejar que sean masacradas, si bien no lo hizo él directamente.
-Sharona, eso hay que aclararlo muy bien. Sharón no es el responsable directo de Sabra y Shatila, sino el de haber dejado vía libre a las falanges cristianas para que entraran a dichos campamentos de refugiados, donde masacraron a 1.200 palestinos, hombres, mujeres y niños. Dicho sea de paso, esto fue en venganza por masacres similares de los palestinos contra los cristianos.
-Cosa que no importa en lo más mínimo.
-Sí, pero lo que quiero señalar es que no hay buenos ni malos en esta historia compleja. O en todo caso, sólo hay malos.
-Eso es obvio. Eso trae a colación a otro líder, Menajem Beguin, que creo que fue uno de los más morales de nuestra historia. Y lo digo a pesar de que, como mujer de izquierda, estoy muy en desacuerdo con su línea política. Pero él fue totalmente engañado por Sharón en todo lo tocante a la Guerra del Líbano. Y cuando Beguin se dió cuenta de la execrencia de Sabra y Shatila, fue Beguin el que culpó a Sharón, y en 1983 no pudo soportar lo que él indirectamente había provocado y se retiró para siempre de la política.
Sharón en este sentido es muy parecido a Herodes. Dispuesto a mostrarse bien con los yanquis y ya ha enviado emisarios al Senado norteamericano y a la Comunidad Europea a explicar la postura israelí, o sea la suya- pero con respecto a poblaciones menos importantes, le importa tres bledos su suerte. En este sentido es herodiano.
-¿Acaso dirías que Barak es davídico?
-No, no puedo decirlo. Pudo haberlo sido, pero no jugó bien sus cartas. Porque por un lado se mostró celosamente judío en asuntos territoriales: antes de Camp David, donde se mostró dispuesto a grandes concesiones a los palestinos, amplió mucho más los asentamientos judíos en los territorios que el propio Netaniahu. Y yo, que estoy en contra de la política de asentamientos, quiero preguntar aquí a mi amigo Iosi Sarid (líder del partido de izquierda Meretz) por qué diablos se calló la boca, cuando mientras lo hacía Netaniahu no dejaba de denunciarlo. ¿Los asentamientos que construye Barak son más "cosher" que los que construye Netaniahu?
Por eso muchos palestinos sostienen que prefieren a Sharón: porque hace lo que dice, y dice lo que hace. Barak, en cambio, adoptó una línea de hipocresía. Frente a los norteamericanos se mostró muy dispuesto a dar, pero en los hechos, en el terreno, Barak permitió más construcción judía en los territorios que Netaniahu. También demolió más casas árabes, y no llegó a entregar un solo centímetro de territorios a los palestinos, cosa que sí había hecho Bibi. Al final, al lado de Barak, Bibi resulta ser John Lennon.
-Bueno, bueno, a no exagerar
-Sí, está bien, pero estoy pensando en los hechos.
-Eso podría significar que la norma en el Medio Oriente de hoy es no hacer lo que se dice. Porque Yasser Arafat hace exactamente el mismo juego.
-¡Por supuesto! Arafat es politiquero espantoso. No es ningún tipo de líder. Si tuviéramos que rescatar a un líder árabe de la historia de Jerusalem, tomemos mejor al Califa Omar, que conquistó la ciudad en el siglo VII de manos bizantinas. Cuando eligió al Monte del Templo como lugar para la futura construcción de un santuario musulmán, aunque él no construyó las mezquitas, Omar reconoció plenamente, también ,el derecho judío al lugar. Reconoció totalmente que en el Monte del Templo, que se había convertido en un basural por culpa de los bizantinos, había estado el Segundo Templo y anteriormente el Primer Templo de Salomón. Omar jamás habría negado la legitimidad histórica judía en el lugar, como lo hace todos los días Arafat, y como lo hace todos los días un cretino total, el Mufti musulmán en Jerusalem, que sigue sosteniendo que no hay ninguna prueba de templo judío en el lugar. Hay pruebas arqueológicas contundentes. Es más, las mismas fuentes musulmanas sostienen que ahí existió es Templo de los judíos.
La política israelí ha sido en general herodiana: congraciarnos con los norteamericanos sin que nos importen demasiado los palestinos. Esa política ha fracasado, porque los norteamericanos nos han enviado gentilmente a freir espárragos. Y a George W. Bush, Jorge Doblevé Arbusto, le importa tres cominos el Medio Oriente y lo ha declarado explícitamente.
Así que tendremos que recurrir al ejemplo davídico en este sentido. A él le importó bien poco lo que pensaba el mundo y sus potencias. Pero sí se fijó en lo que pensaban los jebusitas, con los que tenía que convivir, y al final le fue mucho mejor. Lo que estoy proponiendo, al fin de cuentas, es que volvamos al ejemplo dado por uno de los más grandes soberanos de la historia de Israel, David, y no al de Herodes.