Teorias Conspirativas en el Medio Oriente

Conflicto en el Medio Oriente
Por el Lic. Julian Schvindlerman

En tanto los árabes no se deshagan de todos los mitos antisemitas atávicos, inventados en el mundo cristiano y adoptados por ellos con fervor, no podrá haber paz en la región. De nada valdrán todos los acuerdos firmados si los líderes árabes supuestamente serios siguen repitiendo en foros internacionales respetables que los judíos quieren dominar el mundo y demás sandeces. Los que pierden, a la larga, son los pueblos árabes.

De planetas y camellos

Citando al periódico A-Thawara, la agencia internacional Reuters publicó a mediados de 1997 una noticia un tanto peculiar. Dos yemenitas habían presentado una querella legal contra la agencia aeroespacial norteamericana (NASA), por violación de propiedad privada, al haber introducido un nave aeroespacial en Marte. Mustafa Khalil y Abdallah al-Amri, los yemenitas en cuestión, adujeron haber heredado el planeta de parte de ancestros antiguos y consecuentemente objetaban que la NASA se hubiera permitido aterrizar una nave espacial en el planeta rojo sin previa notificación o solicitud de permiso. Los querellantes incluso presentaron "evidencia" al fiscal general de la nación, pero rápidamente retiraron la denuncia luego de que éste los amenazó con arresto policial.

Si bien atípico, este episodio ilustra como eventos que en occidente pueden resultar normales, en otras regiones geográficas pueden acarrear percepciones disímiles. Una isla caribeña procurando promover el turismo, por ejemplo, seguramente intentaría presentar las arenas blancas, las extensas costas, el brillante sol y las gustosas frutas tropicales, como elementos atractivos portadores de una invitación al placer y al sosiego. No así en Libia, cuyo líder —el siempre controversial Muhammar Qhadafi— advirtió a su pueblo (apenas un mes después de que los yemenitas reclamaran derechos de propiedad sobre Marte) que Occidente podría invadir Libia por su sol, arena, costas, dátiles, melones... y leche de camello. "Los países occidentales podrían invadirnos por nuestro sol", dijo en un discurso marcando el 28° aniversario de su gobierno. "Ellos no poseen sol para producir energía solar, y Libia es un país soleado que está en la mejor posición bajo el sol en el plantea. La arena es una materia prima y la arena libia es de alta calidad. Ellos podrían colonizarnos por nuestros melones, los que son excelentes debido a la calidad de la arena libia. Libia posee más de 1.200 km de costa sobre el Mediterráneo. Ellos podrían colonizarnos por eso. Los dátiles libios son insuperables. Ellos podrían querer tomarlos". A continuación, y con la misma seriedad, llamó la atención de su pueblo aún a otro motivo más: "El camello es también una razón para invadir Libia. El camello es único porque puede moverse meses sin beber. También posee buena leche. De hecho, ¿por qué importan ustedes leche de Europa cuando tienen la leche del camello?".

Que estos dos países sean mesoorientales es apenas sorprendente. Inevitablemente, los judíos no han estado inmunes a la vívida imaginación árabe, la que, sin lugar a dudas, no conoce fronteras. Las tres teorías conspirativas más difundidas en el Medio Oriente en la actualidad, con respecto a los judíos, son: el fraude de los Protocolos de los Sabios de Sión, la Calumnia Nilo-Eufrates, y el Libelo de Sangre.

El Feaude de los Protocolos de los Sabios de Sion

Desde su aparición en escena más de un siglo atrás, atribuyendo a los judíos aspiraciones de dominación universal, los Protocolos han hecho incalculable daño. Producto de la propaganda rusa, esta mentira se ha esparcido velozmente a lo largo y ancho del mundo. Si bien hoy en día en países occidentales es abrazada por lunáticos marginales, en el Medio Oriente es recibida y propagada por reyes y ministros, presidentes y sultanes, nobles y plebeyos, e intelectuales e ignorantes indistintamente.

Cuando en 1996 Israel demandó a la OLP que alterara la Carta Nacional Palestina, en conformidad con los requerimientos de los Acuerdos de Oslo, uno de los miembros del Consejo Palestino condicionó la modificación de la Carta a que los israelíes modifiquen los Protocolos: "Los Protocolos de los Sabios de Sión contienen párrafos mucho más peligrosos que los de la Carta Nacional Palestina... Por ende, para que nosotros anulemos partes de la Carta, ellos deben anular el extremismo incluido en los Protocolos", dijo Rifat an-Najir. Los mismos son regularmente citados por la prensa, fueron publicados en forma de libro en varios países árabes, e incluso por un diario iraní, el que publicó el tomo completo en 1995 en más de 150 ediciones bajo el título "un recordatorio para el lector". El mismo año, la Universidad de Alejandría, en Egipto, otorgó una maestría a un estudiante que escribió su tesis sobre el rol de los judíos en la economía basada en los Protocolos.

Este invento malicioso ha motivado la asignación a los judíos de los más insólitos planes de dominación mundial. Ergo, en el Medio Oriente, cualquier —literalmente, cualquier— acontecimiento es visto bajo los lentes conspirativos. Así, el colapso del Banco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI) fue atribuido a una maniobra judía. El nombramiento de Madelaine Albright como Secretaria de Estado norteamericano asumió una dimensión de complot cuando trascendieron noticias sobre sus posibles orígenes judíos. PEPSI, según un grupo egipcio que llama a un boicot de productos israelíes y norteamericanos, significa "Pay Every Penny to Save Israel" (pague todo centavo para salvar a Israel).

Según el diario oficial sirio Tishrin, organizaciones judías e israelíes han colonizado "100%" la red Internet y en consecuencia no hay material en la autopista informática que sea "benigno a los intereses sirios". La prensa palestina repetidamente ha acusado a Israel de exportar gomas de mascar afrodisíacas y chocolates contaminados "para crear problemas internos en nuestra comunidad y matar nuestros valores nacionales e islámicos", en palabras de un funcionario palestino. En abril de 2001, clérigos sauditas, jordanos y egipcios emitieron fatwas (órdenes religiosas) prohibiendo el uso del popular juego originario del Japón "Pokemon" puesto que era una "conspiración sionista". Según estos líderes religiosos islámicos, Pokemon quiere decir en japonés "soy judío" y la Estrella de David puede verse en las imágenes de las figuritas. El jeque saudita Abdel Moneim Abu Zant declaró: "La locura Pokemon es un complot judío orientado a forzar a nuestros niños a alejarse de la fé y valores y distraerlos de cosas más importantes tales como ambiciones científicas". Hablando de científicos, cuando la revista Time eligió a Albert Einstein como el científico del siglo a finales de 1999, el semanario oficial egipcio de mayor circulación acusó al sionismo de haber impuesto a Einstein a expensas de un científico egipcio: "Nadie pudo imaginar que el sionismo haría su truco usual... Como no pudieron encontrar un competidor de su propia generación, ni ningún punto débil, removieron tumbas y resucitaron a los muertos para traer al científico judío Albert Einstein como la personalidad científica del siglo XX", señaló Al-Ahram.

En el campo literario, las sorpresas no escasean. Un famoso libro publicado en 1987, "El Anticristo", escrito por el autor egipcio Sa´id Ayyub, sostiene que todos los sumos pontífices de la Iglesia Católica, Martín Luther King y Napoleón Bonaparte fueron judíos. Otro escritor egipcio, ´Izzat´Arif, publicó en 1990 el libro "El Fin de Saddam", en el que acusa al dictador de Bagdad de ser judío (¿cómo podría un buen musulmán invadir a una nación hermana? ¿Es invasor? ¡¡Debe ser judío!; algo así habrá razonado el escritor). Siguiendo esta línea, un periódico sirio afirmó que Yasser Arafat inició negociaciones con Israel porque él mismo era judío. En 1991 vio la luz del día un libro escrito por ´Isa Da´ud titulado (¡¡prepárese a esto!) "Advertencia: El falso mesías está invadiendo el mundo desde el Triángulo de las Bermudas", donde judíos y norteamericanos son acusados de estar planeando explotar el planeta tierra. David Cook, un estudiante de la literatura árabe-musulmana, señaló que estos libros no son oscuras y marginales publicaciones; son tan populares que todos ellos han sido republicados varias veces.

La calumnia Nilo-Eufrates

Por más fantástico que suene, y a pesar de los no despreciables repliegues territoriales israelíes, el mundo árabe está profundamente convencido que el estado judío desea expandir sus fronteras hasta cubrir todo el Medio Oriente... y más también. El académico Daniel Pipes trazó sus orígenes a tiempos precedentes al establecimiento del Estado de Israel. Concretamente en 1937, dijo el rey Abd al-Aziz ibn Saud a un diplomático inglés: "Los judíos contemplan como su objetivo final no sólo tomar todo Palestina sino también la tierra al sur hasta llegar a Medina. Hacia el Este, también tienen la esperanza de algún día extenderse hasta el Golfo Pérsico". Gamal Abdel Nasser trabajó sin respiro en pos de la difusión de esta fantasía. Israel busca conquistar toda la región y convertir a los árabes en "hordas de refugiados", aseveró el entonces presidente egipcio a una multitud en un discurso pronunciado en 1964. Al igual que su colega saudita, Nasser creía que "los judíos intentan conquistar Meca y Medina". En 1990, el diario Al-Akhbar opinó que la inmigración de judíos provenientes de la Unión Soviética era un "paso importante hacia la concreción del viejo sueño del Gran Israel, estirándose desde el Nilo hasta el Eufrates". Al año siguiente, Qhadafi advirtió respecto a un siniestro plan israelí tendiente a "dominar fuentes de agua en la región, desde el Eufrates al Nilo". El líder libio adujo que Israel establecería sus cuarteles en El Cairo, dominando el área ¡desde Pakistán a España y desde Turquía a Yemen!: "Los israelíes han dicho que su hogar es de océano a océano, desde el Océano Indigo hasta los Estrechos del Bab al-Mandib, Estrechos de Hormuz, el Mar Rojo... hasta el Océano Atlántico junto con el Estrecho de Gibraltar y el Mediterráneo".

Un singular aporte a la interesante cuestión realizó Yasser Arafat en 1990 ante nada menos que el Consejo de Seguridad de la ONU, desplazado especialmente desde Nueva York a Ginebra para poder oír al titular de la OLP (por aquel entonces Estados Unidos tenía prohibido el ingreso del terrorista a su territorio). En aquella oportunidad, el líder palestino indicó tener evidencia de los designios expansionistas israelíes. Tomando una moneda israelí de 10 agorot (menos de 10 centavos de dólar) y mostrándola al auditorio, dijo: "Este documento es un mapa del Gran Israel, el que está inscrito en esta moneda israelí, la pieza de 10 agorot". Abriendo un mapa, Arafat continuó: "todo Palestina, todo El Líbano, todo Jordania, medio Siria, 2/3 de Irak, 1/3 de Arabia Saudita hasta la sagrada Medina, y medio Sinaí". La moneda, actualmente en uso en Israel, muestra una menorá contra un mapa regional; es una imitación de una moneda emitida en el año 37 antes de la Era Común por el último de los reyes jasmoneos, durante el sitio de Jerusalem. Pero la adhesión a hechos factuales no es el fuerte de histéricos propagandistas mesoorientales. Arafat hizo como práctica tener a mano esta moneda y presentarla a quien pudiera como "prueba" de las aspiraciones sionistas. En 1988, el titular de la OLP vio también en la bandera israelí sugestivos símbolos de expansión. Según Arafat, las dos franjas de la bandera representan los ríos Nilo y Eufrates entre los cuales se encuentra Israel. Además, Arafat —junto con figuras sirias e iraníes— adujo que a la entrada del parlamento israelí había una placa mostrando precisamente eso. Cuando dignatarios occidentales señalaban no haber visto tal cosa en la Kneset, Arafat respondía luciendo orgullosamente la ya legendaria monedita: "se les recomendó removerla, pero han gravado el mapa en esta moneda bajo la menorá".

En 1990, un diario kuwaití acusó al movimiento sionista de planear llegar al Nilo, al que denominó "la frontera sur de la Torá de Israel". A las pocas semanas Kuwait fue invadida por Irak y, tal como observó Pipes, por un largo tiempo el tema conspirativo no reapareció en la prensa local. El mismo año, un diario jordano explicó a sus lectores que el "Gran Israel comprende Jordania, Siria e Irak como objetivo inmediato y la totalidad de la patria árabe como el lebensraum israelí". Los sirios, atentos a contribuir al sano debate, opinaron que el "Gran Israel incluye Turquía, Irán y Africa". Por su parte, el difunto Hafez el-Assad fue menos benigno. Israel, dijo, "quiere extenderse donde sea que haya judíos". Con clásico espiritu constructivo, los sirios llevaron consigo a la Confrencia de Paz de Madrid del mismo año un mapa del Gran Israel y adujeron que representaba los objetivos expansionistas del estado judío.

El libelo de sangre

Según este disparate, los judíos están religiosamente obligados a asesinar cristianos para emplear su sangre en la cocción de matzot, el pan ácimo de la festividad de Pesaj (Pascua judía). Esta calumnia fue introducida al Medio Oriente por cristianos en el siglo XV y alcanzó tremenda popularidad en el siglo XIX luego de que un sacerdote desapareció en Siria y la comunidad judía fue acusada de haberlo asesinado para beber su sangre. Talcomo el historiador Efraím Karsh nos enseña, comunidades judías fueron acusadas de haber realizado este falso rito en Alepo (1810, 1850, 1875); Antioco (1826); Beirut (1824, 1862, 1874); Damasco (1840, 1848, 1890); Deir al-Qamar (1847); Homus (1829); Trípoli (1834); Jerusalem (1847); Alejandría (1870, 1882, 1901, 1902); Port Said (1903, 1908); y El Cairo (1844, 1890, 1901-1902). Hoy, con la excepción de algunos dementes en Occidente, solamente el mundo árabe-musulmán cree en esta acusación delirante.

El foro de la ONU fue testigo de recurrentes y variadas modernizaciones de este libelo medieval. En 1983, delegados árabes ante la Organización Mundial de la Salud acusaron a Israel de "envenenar masivamente" a adolescentes palestinas en Judea y Samaria. En 1991, el embajador sirio acusó a Israel ante la Comisión de Derechos Humanos de haber asesinado a niños cristianos para beber su sangre en Pesaj. En 1997, el representante palestino acusó a Israel de haber deliberadamente inyectado el virus HIV a niños palestinos durante la previa Intifada. En 1999, Suha Arafat (la esposa de Yasser), en presencia de Hillary Clinton, arguyó que Israel había asesinado niños palestinos con gas venenoso. En el contexto de la Intifada de Al-Aqsa, Arafat repetidas veces afirmó que el ejército israelí empleó un "gas negro" que produce cáncer. En el año 2000, el Ministerio de Educación egipcio republicó un libro originario de 1890 titulado "Sacrificos humanos en el Talmud", esencialmente reviviendo este libelo.

A principios de 2001, el semanario egipcio Roz al-Yusuf informó que el productor egipcio Munir Rahdi estaba filmando una película basada en un libro escrito por Mustafa Tlas, ministro de defensa sirio, titulado "La Matzá de Sión", en el que describe como la comunidad judía supuestamente llevó a cabo el asesinato del cura Toma al-Kabushi en 1840. Entre los candidatos al rol principal figuraban el legendario actor egipcio Omar Al-Sharif. Esta fue —tal como observó MEMRI, la organización que detectó la novedad—la respuesta árabe a la película "La Lista de Schindler"; la que en todo caso, fue prohibida en Egipto. Uno de los títulos considerados fue "La Lista de Hariri", en referencia al líder de la comunidad judía de Damasco acusado en 1840 de haber secuestrado, asesinado, tomado la sangre del sacerdote cristiano y luego celebrado un hermoso seder de Pesaj. Cabe acotar que esta película no está siendo filmada por un fundamentalista talibanés en la lejana Afghanistán, sino en Egipto... el primer socio de la paz de Israel.

Honestamente, "Ein Breira"

¿Qué podemos concluir de todo esto? Dos cosas. En primer lugar, Israel deberá urgentemente templar sus expectativas de integración regional. No hay acuerdo de paz que pueda remover estas profundamente arraigadas y vastamente esparcidas percepciones culturales en el mundo árabe. Francamente, ahora sí que "ein breira". Esto no es mera propaganda árabe para consumo doméstico. Cuando vemos a Arafat decir estos disparates ante la ONU, cuando vemos a sus representantes repetirlos en Ginebra, cuando vemos a la delegación siria elevarlos ante la comunidad internacional en Madrid, y cuando vemos al presidente sirio afirmar en presencia del Sumo Pontífice de la Iglesia Católica que los judíos crucificaron a Jesús (tal como hizo en mayo último), no tenemos más alternativa que concluir que el liderazgo árabe está absolutamente convencido de la veracidad de estas calumnias.

En segundo término y conectado con lo anterior, Israel va a continuar sobreviviendo y floreciendo independientemente de las locas fantasías de sus vecinos en la región, pero este asunto no augura bien para los propios árabes. Puesto que en tanto la tendencia colectiva en caer presa de increíbles teorías conspirativas y culpar a los judíos (no sólo a los israelíes) por todos sus problemas continúe sin pausa, habrá muy pocas chances de que alguna vez puedan realmente abandonar el pantano económico, social, político, religioso y por sobre todo cultural en el que están enstancados.

Solamente cuando el mundo árabe se desligue de la enfermiza versión arabesca de la "Fanatasía" en la que están viviendo, podrá un modesto rayo de esperanza emerger en el

Medio Oriente. Quizás entonces puedan los árabes comprender que todo lo que los judíos quieren es morar en paz y tranquilidad en un rinconcito diminuto de la región, llamado Israel.

Bibliografía

Tomado de Hagshama E-zine