Originalmente, los meses del calendario judío se designaban por números. Pero, poco después del exilio de Babilonia (586-536 a.e.c.), se les fueron dando nombres específicos que se volvieron comunes.
El calendario judío se compone de doce meses (comenzando en septiembre o octubre, dependiendo del año):
Los siguientes meses destacan por las fiestas que en ellos se celebran:
Es el inicio del año e indica el comienzo de la creación divina. En este mes se festeja el Año Nuevo judío o Rosh Hashana, así como el Día del Perdón o del Juicio, que es Yom Kipur y la Fiesta de los Tabernáculos o Sucot, en la que se recuerda la recolección de los frutos.
A pesar de que es en Tishrei cuando comienza el año y que se considera como fecha del principio de la humanidad, Tishrei es el séptimo mes del año, ya que los judíos se rigen por el mandato bíblico que indica que la Pascua debe celebrarse en la primavera y que ese será el primer mes: "Este os será el principio de los meses, os será el primero de los meses del año" (Exodo XII:2). De acuerdo a este precepto, Nisán es tomado como el primer mes del año. Pero es a partir de Tishrei cuando se comienzan a contar los años, y esto se debe también a que en la antigüedad las épocas de un reinado se determinaban a partir de este mes.
En este mes se conmemora Janucá, fiesta en la que se festeja la rebelión de los judíos contra el rey Antíoco que intentaba destruir su religión y forzarlos a adoptar la fe griega. Un grupo de judíos comandado por Yehuda el Macabeo luchó durante dos años para recuperar el Templo, saliendo victorioso.
En año bisiesto se convierte en dos meses: Adar I y Adar II. con 30 y 29 días, respectivamente. En años regulares siempre tiene 29 días. En este mes se celebra Purim, que es una fiesta de regocijo en la que se expresa alegría por el rescate de los judíos de Persia, del exterminio planeado por el primer ministro Amán.
Es aquí cuando se festeja la Pascua, fecha considerada como el aniversario de la liberación judía de la esclavitud en Egipto. Conociendo el calendario judío podemos entender la historia, la identidad y valores de este pueblo. Muchos sucesos históricos, como son las dos destrucciones del Templo de Jerusalem, la batalla de los Macabros, etc., son rememorados a través de la cronología. Con ayunos, con fiestas, con oraciones los judíos reviven su devenir como pueblo, mismo que constituye su esencia.
Tomado de Tribuna Israelita, México.